Quiso enviar a su padre un buen paquete a La Coruña, con su chorizo y su queso, pero debió pensar que unos cogollos de cannabis no le vendrían mal, 168 gramos. Tampoco pensó que el envoltorio pudiera terminar interceptado por la Guardia Civil y ella detenida por un delito de tráfico de drogas. La joven, de iniciales M.A.L.M., no contó con el fino olfato del empleado de la empresa de transporte, que detectó un fuerte olor a cannabis.

El trabajador decidió dar aviso a la Guardia Civil, que no interceptó el paquete, sino que dejó llegara a su destino para identificar a su destinatario en la capital gallega y, partir de ahí, establecer los vínculos entre esa persona y quien había entregado la mercancía en la empresa de transportes, que resultó ser el novio de la joven procesada.

Esta fue la única arrestada como responsable del envío y delito de tráfico de drogas. El destinatario resultó ser el padre de la joven que este lunes se enfrentaba a dos años de prisión por un delito de tráfico de drogas que causan un menor daño a la salud. A partir de ahí, la investigación permitió comprobar que la única autora del delito era la hija del receptor del paquete, al que no se le imputó, puesto que el hombre dijo desconocer el contenido del mismo. No fue ella, sin embargo, quien se encargó de entregar el singular paquete en la empresa de transportes. En una nota, le pidió a su pareja que le hiciera el favor de llevar el paquete, sin que se haya demostrado que el varón conociera el contenido del mismo, por lo que no está imputado en la causa resuelta ayer por la magistrada del Juzgado de lo Penal sin que se llegara a celebrar juicio que estaba previsto para la mañana de ayer.

La joven decidió este lunes llegar a un acuerdo con el Ministerio Fiscal para evitar el ingreso en prisión, puesto que solicitaba al Juzgado de lo Penal que se le impusiera una pena de dos años de reclusión. Finalmente se le redujo la pena a la mitad, es decir, a un año de prisión al aplicárseles las atenuantes de reconocimiento de los hechos y de arrepentimiento.

De este modo, la procesada no deberá cumplir la pena de prisión siempre y cuando no vuelva a cometer un delito dentro de los dos años posteriores a que la magistrada dicte la sentencia, de acuerdo con el fallo que se le hará llegar por escrito en los próximos días. La sentencia del Juzgado de lo Penal, a la que dio lectura la magistrada, conlleva el pago de multa de 798, 94 euros, la misma cantidad que costaría el cannabis en el mercado si hubiera podido venderse. La juez advirtió a la procesada, al concluir el juicio, que no debería delinquir en esos dos próximos años, ya que eso implicaría su ingreso inmediato en prisión para cumplir la pena completa.