El centenar de compradores de viviendas a precios de ganga estafados por la red liderada por la falsa nieta del general Franco fueron atraídos con una oferta adicional de ingentes beneficios para terminar de convencerles de la ventaja de entrar en el negocio. El grupo dirigido por Mercedes Franco, una de las identidades de "la nietísima", como se hacía llamar esta histórica estafadora detenida en Elche por la Guardia Civil, no sólo captaba a inversores para comprar viviendas a una cuarta parte de su valor de mercado, sino que también aseguraba a las víctimas que una vez fueran propietarios entrarían directamente a formar parte de un fondo de inversión con beneficios millonarios.

Los estafadores, que lograron unos beneficios de cuatro millones de euros, no revelaban inicialmente el rendimiento del fondo a los compradores con la excusa de que era un dato confidencial, aunque algunos han declarado ante la Guardia Civil que les habían garantizado que iban a recibir "entre 13 y 14 millones de euros", según fuentes cercanas a la investigación.

Sin embargo, todo era una farsa y los compradores que pagaban entre 25.000 y 40.000 euros se quedaban sin casa y sin fondo. A algunos inversores que reclamaron su aportación al detectar el engaño les devolvieron su dinero con ingresos de otras víctimas, de ahí que la Guardia Civil considere una estafa piramidal este fraude masivo.

Ana María B.J., de 49 años y minusválida por una parálisis cerebral que le afecta a su movilidad pero no a su capacidad intelectual, tiene un amplio historial de estafas desde hace más de dos décadas, cuando aún no había cumplido los 30 años. Desde entonces, ha estado diez años en prisión en diferentes momentos para cumplir las penas impuestas en otras provincias, como Guipúzcoa y Santander, donde se hizo pasar por la hija ilegítima del rey emérito para cometer otras estafas, según fuentes cercanas al caso.

En el momento de su arresto en un lujoso chalé de Elche, Ana María tenía en vigor ocho requerimientos de juzgados de varias provincias, entre ellos tres órdenes de búsqueda y detención.

Con este historial buscó otra provincia donde no fuera conocida por sus artimañas y se asentó en la de Alicante. El grupo montó en Guardamar a principios de 2020 un despacho jurídico del que Ana María era la directora, aunque bajo el nombre de la "nietísima" Mercedes Franco. Su mano derecha, también en prisión como ella, se hacía pasar por abogado, pero la Guardia Civil asegura que ninguno de ellos posee la titulación. Este implicado intentó estafar incluso a su exmujer, a la que ofertó una de las casas que supuestamente vendían a precio de ganga y con una rebaja adicional de 10.000 euros. La expareja sospechó de la operación y no cayó en la trampa.

Además de las diez detenciones, la Guardia Civil tomó declaración en calidad de investigados a dos abogados profesionales que trabajaron en el bufete de Guardamar donde se hacían los contratos con las víctimas.

La falsa nieta de Franco tenía un gran poder de persuasión, según sus víctimas, y al desplazarse en silla de ruedas por su minusvalía generaba compasión entre los posibles compradores.

Ana María tenía documentación con varias identidades pero ninguna la real. Llegó a ingresar en un hospital con uno de los nombres falsos y usaba también titulaciones universitarias falsas. En una entrevista publicada el pasado mayo en un medio de comunicación, la estafadora, que aparecía con nombre falso como directora del bufete jurídico investigado en Guardamar, se enorgullecía de no haber hecho un erte en el despacho a pesar de la pandemia y decía que era la primera mujer de España con parálisis cerebral que se licenciaba en Derecho.