La Policía ha detenido a quince personas, entre ellas dos empleadas de un banco y uno de una gestoría de Sevilla, acusados de forma parte de un entramado criminal dedicado al tráfico de drogas a través de un narcoembarcadero en el río Guadalquivir situado en Lebrija (Sevilla).

Los líderes de la red son dos hermanos afincados en Marbella que habían creado una trama societaria que facilitaba cobertura a dos establecimientos de ropa de marca para canalizar, en el circuito financiero legal, las ganancias del negocio ilícito, según ha informado la Policía.

Fruto de la investigación económica y patrimonial paralela, los agentes han bloqueado productos financieros a nombre de los investigados y las mercantiles controladas por el entramado, y han procedido a la traba de bienes inmuebles valorados en 600.000 euros, así como de 19 vehículos y tres embarcaciones valorados en 400.000 euros.

A los detenidos, algunos con un elevado nivel de vida incompatible con sus actividades laborales aparentemente legales, se les imputan los delitos de tráfico de drogas, blanqueo de capitales, fraude a la Seguridad Social, falsedad documental y pertenencia a organización criminal.

La operación, denominada Runner-Newton, constató la participación de dos empleadas de una sucursal bancaria de Sevilla que habrían favorecido que uno de los cabecillas operase en todo momento con las cuentas bancarias que se encontraban a nombre de las sociedades o de terceros, a pesar de no figurar como titular, ni autorizado, ni apoderado de las mismas.

Estas empleadas habrían permitido que el investigado contratase diferentes productos como préstamos o seguros a nombre de terceros, con los que permitían a la organización lograr financiación con apariencia legal que luego amortizarían con dinero proveniente de actividades ilícitas.

Asimismo, quedó también acreditada la participación de un empleado de una correduría de seguros, que habría tramitado seguros para los vehículos del entramado, accediendo a que figurasen como tomadores y asegurados terceras personas interpuestas para lograr la ocultación de los mismos.

La operación ha incluido ocho registros de domicilios entre las provincias de Málaga y Sevilla así como en una gestoría y una correduría de seguros, además de sendos requerimientos en una oficina bancaria y dos establecimientos de ropa de marca.

Los agentes han intervenido 700 gramos de éxtasis, 25.000 euros y 6.800 dólares en efectivo, seis vehículos de alta gama, tres máquinas de contar billetes, una moto acuática, documentación relacionada con la actividad ilícita, teléfonos móviles y dispositivos informáticos.

Además, en un vehículo vinculado con la trama se localizaron un kilogramo de cocaína, un kilogramo de metafentamina, un arma corta con el número de serie borrado, cuatro cargadores con 51 cartuchos, un chaleco antibalas y un inhibidor de frecuencias.

La investigación se inició bajo el amparo del Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional en noviembre de 2018 con la aprehensión de 900 kilogramos de cocaína en el puerto de Algeciras (Cádiz) y continuó, en una segunda fase, con la desarticulación de una trama de narcotraficantes de origen holandés dedicada a la introducción de grandes cantidades de cocaína por medio de contenedores.

De los vínculos con la trama holandesa se detectó una rama de traficantes con base de operaciones en Sevilla, cuyos líderes -dos hermanos- la dirigían desde Marbella, y luego se localizó el narcoembarcadero en Lebrija así como las naves industriales y los vehículos utilizados para el transporte de las narcolanchas.

Según las pesquisas, los principales investigados habían creado un entramado societario que proporcionaba cobertura a dos tiendas de ropa de marca, ubicadas en Sevilla y Puerto Banús (Marbella).

La cúpula de la trama ocultaba en todo su momento su vinculación con las sociedades, utilizando a personas interpuestas de su círculo familiar o de su propia confianza.

Para ello las compañías cambiaban de partícipes y de administradores a conveniencia de la organización, simulaban contratos de trabajo, nóminas e incluso beneficios para justificar la entrada, en el circuito financiero, de elevadas cantidades de dinero.