La Guardia Civil investiga la desaparición de otra mujer prostituida en la vía de servicio de la V-31, la pista de Silla, en Valencia, esta vez en Catarroja, cuando han pasado apenas tres meses desde el asesinato de Florina Gogos, la chica rumana prostituida cuyo cuerpo sin vida fue encontrado tres semanas más tarde flotando en una acequia de Silla.

La nueva alerta saltó el domingo pasado, cuando una compañera de la última joven desaparecida acudió al cuartel de la Guardia Civil de Alfafar-Catarroja y denunció que no sabía nada de su amiga desde al menos el día anterior y que no atendía sus llamadas.

Agentes de ese cuerpo realizaron las primeras indagaciones y, de momento, no hay constancia de su paradero. Una de las hipótesis que se barajan es que pueda haberse ido de manera voluntaria en busca de familiares suyos ya que, al parecer, la chica, de nacionalidad argentina, está embarazada, aunque se trata de información aún no contrastada.

En todo caso, al tratarse de una mujer prostituida que está en situación de paradero desconocido, las alertas se han activado, sobre todo porque se produce tres meses después de la desaparición en circunstancias muy similares de Florina Gogos, la joven rumana de 19 años que fue vista por última vez en la tarde del 8 de enero subiéndose al coche de un desconocido en Albal, en una de las vías de acceso a la pista de Silla, y que fue encontrada muerta el 31 de ese mismo mes en la Séquia de la Font de la Marjà, ya en término de Silla, pero a solo 850 metros de donde fue recogida.

En el caso de Florina, que era natural de Rumanía, fue también la mujer con la que compartía piso quien acudió a ese mismo cuartel de Alfafar-Catarroja para denunciar la desaparición.

Caso bajo investigación

Por el momento, el grupo de Homicidios de la Guardia Civil, responsable de la investigación del asesinato de Florina, aún no ha identificado al autor de esa muerte violenta. Tal como informó Levante-EMV, la joven fue estrangulada y arrojada posteriormente a la acequia, aunque su cuerpo no fue encontrado hasta tres semanas más tarde, cuando la apertura de los canales de riego provocó que el cuerpo se moviera hasta un lugar visible.

Fue un cazador, tal como adelantó en exclusiva este diario, quien descubrió el cuerpo y alertó a la Guardia Civil. Los investigadores rastrearon las cámaras más próximas a la curva y obtuvieron imágenes del coche al que se subió la joven, pero la intensa lluvia que caía esa tarde de viernes impedía ver la matrícula, lo que está ralentizando la identificación del asesino.

El pasado 6 de abril, la Guardia Civil encontraba también en una acequia, esta vez de Massarrojos, el cuerpo de otra mujer asesinada del mismo modo: estrangulada. Se trata de Olga Pardo, de 43 años. En principio, esos dos hechos serían las únicas coincidencias, al menos de momento, entre ambos casos. En el caso de Olga, de hecho, no hay vinculación alguna con la prostitución y la investigación se centra en reconstruir sus pasos entre la mañana del sábado, 3 de abril, y la madrugada del domingo, que es cuando, supuestamente, desapareció.