19 años después, la familia de Déborah regresa al cementerio para enfrentarse al tremendo trance de la exhumación del cadáver de la joven. Todo para conseguir una nueva autopsia que arroje luz a su misteriosa muerte o asesinato, a punto de prescribir tras una investigación muy cuestionada por la familia. El 30 de abril de 2002, la joven viguesa salió a realizar ejercicio pero nunca regresó. Diez días después, su cuerpo apareció lavado y cuidadosamente colocado en esta cuneta, tapado con unas hojas, sin aparentes signos de violencia. Desde entonces, un principal sospechoso que nunca fue detenido . Y un el disco duro del ordenador de la joven que desde entonces nunca ha sido analizado. A esas dos esperanzas se agarra ahora esta familia para conseguir respuestas a tantas preguntas sobre Déborah.