Terrible hallazgo en la calle Juan Alvargonzález, en el barrio gijonés de El Llano. La Policía Nacional localizó este miércoles los cuerpos de dos mujeres que llevaban más de un mes muertas. Se trata de una madre, de 74 años, y de su hija, de 39, que fueron localizadas cada una en una habitación de su piso.

Fue una amiga la que dio la voz de alarma al llevar ya tiempo sin saber de ellas. Ambas arrastraban importantes problemas de salud, ya que la madre tenía un gran deterioro de la movilidad y la hija tomaba medicación para la depresión que padecía. Todo indica a que no se trató de una muerte violenta y las primeras hipótesis apuntan a que primero falleció la mujer de más edad y posteriormente lo hizo la más joven. 

Los hechos trascendían en la tarde del miércoles. La amiga en común de ambas trató de localizarlas tras llevar tiempo sin saber de ellas. Acudió a la farmacia donde normalmente compraban la medicación y allí le comentaron que llevaban tiempo sin saber de ellas.

Esa información le puso nerviosa y tras agotar todos los métodos para dar con las fallecidas, se puso en contacto con la Policía Nacional. Los agentes se pusieron en contacto con el casero del piso en el que residían y les aseguró que habían pagado la correspondiente mensualidad. Se cree que lo hicieron mediante una transferencia automatizada. Al estar el propietario en Galicia y tener imposible acudir a Gijón, fue necesaria la intervención de los bomberos, que accedieron por una ventana. 

No tardaron en hallar los cuerpos de las dos mujeres. Cada una estaba en sus respectivas habitaciones, vestidas de calle. Se cree que la mujer de más edad falleció primero y posteriormente lo hizo su hija, cuya muerte pudo ser voluntaria. Entre ambas existía una gran relación de dependencia. Los cuerpos se encontraban en estado de descomposición. Los especialistas en la materia consideran que al estar la ventana abierta y haber hecho calor en las últimas semanas es complicado determinar de forma rápida cuánto tiempo llevaban muertas. Algunos vecinos señalan que hacía cerca de un mes que no sabían de ellas y que no se relacionaban demasiado con el resto de la comunidad. A la casa acudió un sobrino y en la vivienda también había un gato, que fue trasladado al albergue municipal por el lacero.