David lleva desaparecido desde el 13 de septiembre. Nadie, salvo su madre, Macarena, sabe si está vivo o muerto. La mujer asegura que dejó al niño, un adolescente dependiente con un 91 por ciento de discapacidad, muerto junto a su silla de ruedas en un contenedor de basura cercano a Madrid. CASO ABIERTO, el canal de sucesos e investigación de los diarios de Prensa Ibérica, ha sabido que dos meses antes del suceso, agentes de la Policía Nacional de su pueblo, Morón de la Frontera (Sevilla) ya advirtieron de las "deficientes condiciones" en las que vivía el niño junto a su madre, diagnosticada de trastorno bipolar.

Los policías de la Unidad de Atención a la Familia y el Menor (UFAM) enviaron al ayuntamiento de Morón un oficio con fecha 16 de julio en el que alertaban a los Servicios Sociales. Señalaban las "decadentes condiciones higiénico sanitarias" en las que estaba el hijo de Macarena. Los investigadores que tratan de encontrar al joven desde su desaparición han recabado ese oficio y preguntado a la trabajadora social municipal encargada del seguimiento de la familia.

Sin personal

La funcionaria admitió que conocía la existencia de ese oficio, pero dijo que estaba pendiente de realizarse un informe sobre la situación de Macarena y su hijo David. El informe se retrasó, ha declarado esta trabajadora, porque se trataba de una familia "de bajo riesgo" y debido a que durante el verano no había personal suficiente en el departamento para realizarlo. Esta trabajadora social explicó que en ese periodo de tiempo la madre de David realizó algunos trámites con total normalidad, como la renovación de una tarjeta de aparcamiento el pasado 20 de agosto.

La mujer era conocida de los servicios sociales de Morón desde el año 2002, cuando acudió en busca de ayuda por primera vez. Su segundo hijo, David, nació en 2005 con una discapacidad del 91 por ciento. En 2017, Macarena que había sido madre de una niña, sufrió un brote psicótico y fue ingresada unas semanas en un centro psiquiátrico. Entonces, dejó de acudir a los servicios sociales por miedo a que pudieran quitarle la custodia de su hijo.

La trabajadora social afirmó ante la policía que la mujer, a la que definió como "una madre volcada con sus hijos, a los que jamás haría daño", nunca había ocasionado problemas y que volvió a acudir en busca de ayuda en diciembre de 2020.

Cambio radical

Después del oficio de la policía en el que se alertaba de las condiciones de vida de la mujer y su hijo, la funcionaria sí advirtió un cambio radical en el comportamiento de Macarena. Recordó que la había visto el 20 de agosto con un gran crucifijo en el pecho y que había cambiado completamente su forma de hablar: "más culta y educada, prácticamente aleccionada". Desde ese día, no volvió a verla.

No había ninguna señal de riesgo para la vida de David, aseguran desde Servicios Sociales, salvo aquel oficio enviado por la Policía Nacional en julio. Los responsables del departamento indican en un informe que consta en la investigación abierta por asesinato en el juzgado de Morón que "estaba previsto elaborar desde la Zona Básica de estos Servicios Sociales el Informe de Derivación al Programa de Intervención Familiar dado que por el trabajo realizado durante todo este tiempo con la madre del menor y por no existir informes previos de riesgo comunicado por otros Organismos Públicos (educativos, sanitarios, judiciales…) no se consideró atención urgente".

La fecha en la que se iba a hacer ese informe sobre David y su madre era, según el oficio remitido al juzgado, el 14 de septiembre pasado. Un día antes, la madre de David asegura que su hijo había muerto y ella lo dejó en un contenedor. La mujer sigue en la unidad de psiquiatría del hospital de Segovia y la policía trata de encontrar a su hijo, vivo o muerto.