Zaragoza volvió el viernes a parar los Pilares. Esta vez después de que una joven denunciara haber sufrido tocamientos en el interior de un bar cuando iba al baño. El sospechoso, que fue detenido instantes después, llegó a amenazar a la chica con una botella tras recriminarle su conducta. Este sábado habrá un minuto de silencio a las 12 horas en las puertas de la casa consistorial.

Este nuevo caso de violencia sexual, que ya está en manos de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, tuvo lugar poco antes de las 03.00 horas en el interior del bar Prestige, en la calle Sangenis del zaragozano barrio de Delicias. Allí, según pudo saber EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, la chica y el sospechoso, M. M., de 44 años y de origen marroquí, coincidieron cuando ella iba al baño y el hombre la siguió, llegando incluso a entrar. Fue en ese momento en el que él le tocó el culo sin su consentimiento. Ella se lo recriminó.

Pero no acabó ahí. La víctima salió a la calle a fumar un cigarro y M. M. fue detrás para decirle que le gustaba mucho y que le gustaría tener relaciones sexuales. Ella volvió a decirle: no es no. Fue en ese instante cuando, según estas mismas fuentes, el hombre levantó el brazo con una botella en la mano con la intención de golpearle, aunque, por suerte, dos jóvenes que estaban junto a ella intervinieron para evitar la agresión.

Ante dicha circunstancia, M. M. salió huyendo del lugar a la carrera, siendo perseguido sin éxito por los jóvenes que asistieron a la denunciante. Sí vieron que mientras se iba se cayó al suelo, golpeándose la cara contra el suelo. Ahí desistieron en seguir detrás de él y regresaron al bar.

La detención de M. M. fue casi inmediata. Dio la casualidad que una patrulla de paisano de la Policía Local discurría por las inmediaciones del paseo Calanda en el momento de los hechos. Realizaban labores de seguridad ciudadana. Al pasar por la altura de la calle Graus observaron cómo un individuo salía corriendo y cruzaba la calzada perseguido a escasos diez metros por otras dos personas.

En un momento dado perdieron de vista al sospechoso al tiempo que veían a los dos chicos que iban detrás de él introduciéndose en un bar. Ante todo ello, estos agentes decidieron parar porque se encontraron con el hombre que estaba siendo perseguido. Este llevaba la cara y manos ensangrentadas del momento que se cayó al suelo. Le dieron el alto, pero no quiso responder a sus preguntas, por lo que pidieron refuerzos de la Policía Local, quienes acudieron al interior del establecimiento hostelero para ver qué había ocurrido. Ahí hablaron con los dos testigos de lo sucedido y con la víctima, quien, en estado de ansiedad, manifestó "tener miedo a denunciarle, ya que es una persona habitual en el bar que genera diversos enfrentamientos llegando a romper botellas en el interior". Pese a ello, los agentes la convencieron de que diera el paso e interpusiera una denuncia. M. M. fue inmediatamente detenido por un delito de abusos sexuales y puesto en manos de la Policía Nacional a la espera de pasar ante el juez de guardia.

Este es el tercer episodio de violencia sexual ocurrido durante los Pilares 2021. El primero tuvo lugar el primer fin de semana en las inmediaciones de la discoteca Supernova, tal y como adelantó este diario. Una chica denunció una agresión sexual por parte de un joven que había conocido esa noche. El segundo hecho tuvo lugar en la calle Boggiero, donde una chica fue acorralada por cinco jóvenes de origen marroquí. Uno le tocó el culo, mientras otro le amenazó con una navaja mientras le proponía relaciones sexuales. Se zafó de ellos, evitó ser agredida sexualmente y los sospechosos resultaron detenidos.