Unas 8 o 10 horas antes de que se recibiera la alerta por la aparición de una joven de 29 años muerta en su piso de O Barco de Valdeorras, Leticia Magalí tuvo lugar el asesinato, según la investigación. La Guardia Civil sospecha que las dos amigas de la víctima detenidas por este crimen –una compañera de piso y de trabajo en un club, F. A., de nacionalidad nigeriana, así como una conocida que frecuentaba el domicilio, A. L. V., brasileña– acabaron con su vida la madrugada del 10 de septiembre, y aprovecharon las horas siguientes para armar su coartada.

Ellas alertaron a los servicios de emergencia y alegaron que habían intentado reanimarla, cuando llegaron los profesionales. Simularon estar afectadas. Durante una de sus declaraciones todavía como testigo, la compañera de piso dijo que ella y la joven estuvieron cenando juntas en casa y después se fueron a dormir a sus habitaciones.

Según su versión, la mujer nigeriana se despertó y se marchó, suponiendo que su compañera dormía. Declaró que, al regresar, la encontró muerta. La inspección ocular de la Policía Judicial y el forense determinó que el fallecimiento había sido de naturaleza violenta y la causa, asfixia. La víctima presentaba unos arañazos en el cuello.

Entre los móviles que barajan los investigadores de la Policía Judicial figuran el económico –la víctima era el sostén de varios miembros de su familia y solía enviar cantidades a través de terceras personas–, las rencillas o los celos de índole profesional. Se investiga si su compañera de piso, a la que supuestamente había dejado dinero en alguna ocasión, estaba molesta por el hecho de que Leticia tuviera más clientes y mayores ingresos. En el domicilio donde ocurrieron los hechos no se encontró dinero. En un principio, apuntando a ese posible móvil económico, se investigó si el autor o autores habían sido hombres, pero las pesquisas fueron dirigiéndose hacia las dos amigas.

En esta fase del procedimiento, la Guardia Civil y la Fiscalía atribuyen a las dos detenidas la autoría conjunta de un presunto delito de asesinato, por la superioridad numérica de dos atacantes contra una, sin obviar otras posibles situaciones como la presumible confianza que la fallecida podía depositar en su compañera. Familiares de la joven han manifestado que F. A. era como su segunda madre.

Quince agentes de la Guardia Civil han trabajado en este caso durante dos meses, hasta conseguir esclarecerlo con las detenciones. Los investigadores han llevado a cabo más de sesenta interrogatorios. Al principio de las diligencias prestaron declaración las amigas de la víctima ahora investigadas.

Tras ser detenidas este martes, hoy está previsto que pasen a disposición judicial de Instrucción 1 de O Barco de Valdeorras. Antes de la comparecencia, las defensas dispondrán de un tiempo para conocer la causa, cuyo secreto de actuaciones se alzará este jueves. Durante su tiempo de detención en los calabozos de la Comandancia de Ourense, se acogieron a su derecho a no declarar.

La operación ha sido bautizada como Horus. ¿Por qué? Se trata de un dios de la mitología egipcia, considerado como el iniciador de dicha civilización. Era hijo de la diosa Isis y del dios Osiris. Este último es el nombre del club de alterne de Valdeorras en el que trabajaban, en distintas labores, la víctima y las dos presuntas asesinas.

Con mandamientos de entrada del juzgado de Instrucción 1 de O Barco, ayer se completaron las diligencias policiales antes del paso a disposición de las dos detenidas. Se llevaron a cabo registros domiciliarios –la compañera de piso cambió de vivienda tras los hechos– así como en el club de alterne de O Barco, situado al pie de la nacional N-120.