La Policía inspeccionó, el pasado julio, el vehículo que usaba una de las víctimas y que permanece en el exterior de la comisaría de Ourense desde 2007. Desde ayer, los agentes llevan a cabo registros en propiedades en La Parte de Bureba (Burgos) de Ángel Ruiz, el único investigado en la actualidad en la causa sobre el triple crimen de Burgos.

La ourensana Julia dos Ramos, su marido Salvador Barrio y su hijo pequeño Álvaro fueron asesinados en Burgos la madrugada del 7 de junio de 2004. Sufrieron 99 puñaladas. El investigado permanece en prisión por el asesinato de una vecina, hechos por los que fue condenado en 2014. La familia de Verín no tiene noticias del avance de las pesquisas, una carencia de datos que ya manifestaban en julio.

“Desde hace cinco años está en secreto de sumario y la Policía lleva unos cuatro sin tener contacto con la familia”, dice Adolfo Taboada, abogado de esta acusación particular. “Estos registros ya se hicieron en su día y, con él en la cárcel, no sé que pueden encontrar. Yo no he pedido ni aconsejado que se levante el secreto de sumario, porque aún no estamos cerca de la prescripción y, mientras permanezca, el verdadero culpable no podrá descansar porque no sabe qué se está haciendo en la investigación”, añade.

Benito dos Ramos es uno de los hermanos de Julia. “Que la Policía esté moviendo cosas e investigando nos parece bien y nos gusta que se haga, aunque creemos que se están repitiendo. Si van por ahí sus motivos tendrán, pero hasta el día de hoy, tengo ideas claras de quién pudo ser y no ha habido nada que me haya hecho cambiar de opinión”. Varios parientes aún creen que el autor fue el hijo mayor, contra el que se sobreseyó la causa hace ya más de una década y que, de hecho, ahora ejerce la otra acusación particular.

Una inspección exhaustiva

La Policía Nacional lleva a cabo registros exhaustivos, que se prolongarán hasta el jueves, con la esperanza de que los avances tecnológicos de los últimos años puedan facilitar el hallazgo de algún indicio que relacione al investigado con el triple asesinato sin resolver. Fuentes de la investigación indicaron a la agencia EFE que los trabajos se prevén complicados ya que Ángel Ruiz, que también es sospechoso de la desaparición de un vecino de la localidad próxima de Briviesca, es “extremadamente cuidadoso”.

El cuerpo del padre, hallado en la cocina, tenía 50 puñaladas. En el dormitorio conyugal, a los pies de la cama, estaba su esposa, Julia dos Ramos, de 47 años. Ella recibió 17 cuchilladas. En el pasillo, el cadáver de un niño de 11 años, Álvaro. Era el hijo menor del matrimonio. Le habían asestado un total de 32 puñaladas.

Las sospechas iniciales se centraron en Rodrigo Barrio, el hijo mayor del matrimonio, que entonces tenía 16 años y estudiaba en un colegio de Aranda de Duero. Horas antes del crimen, su padre lo había llevado a la estación de autobuses.

El joven llegó a ser detenido en 2007, en la Universidad Laboral de Ourense, donde estudiaba, pero la causa se sobreseyó contra él en 2010. Se había mudado a Queirugás, donde fueron enterrados su madre y su hermano. En el pueblo lo acogieron los parientes de Julia, llegando a ser sus tutores dos de ellos. Tras ser arrestado, la relación quebró con cuatro de sus tíos.

Tras la condena en 2014 a Ángel Ruiz por el asesinato en 2011, con el coche, de una vecina –unos hechos por los que se encuentra en prisión en la actualidad–, el foco se situó sobre este investigado.

Indicios contra el actual investigado

Uno de los indicios en su contra es el hallazgo de unas zapatillas de deporte en su vivienda que coinciden en marca y número con la única huella ensangrentada que la Policía encontró en el domicilio del triple crimen, y un cuchillo de doble filo, otro elemento de sospecha.

Los otros dos indicios que han centrado las sospechas en Ángel Ruiz son anteriores. Fue autor de pintadas insultantes en el panteón de la familia asesinada, la misma noche del entierro del cabeza de familia, y además había discutido con él por un problema de lindes.

Además, en uno de los registros previos se encontraron varias llaves que no pertenecían al sospechoso, entre ellas una del ayuntamiento de La Parte de Brueba, donde fue alcalde pedáneo, lo que hace sospechar a la Policía que Ruiz pueda tener en su poder más llaves en algún otro lugar. El autor del asesinato por resolver no forzó la puerta del piso de las víctimas.

El cuerpo del padre, hallado en la cocina, tenía 50 puñaladas. En el dormitorio conyugal, a los pies de la cama, estaba su esposa, Julia dos Ramos, de 47 años. Ella recibió 17 cuchilladas. En el pasillo, el cadáver de un niño de 11 años, Álvaro. Era el hijo menor del matrimonio. Le habían asestado un total de 32 puñaladas.