Se agotan los recursos para la familia Fernández-Cervera Neira. La magistrada del Juzgado de Instrucción 2 de Tui ha vuelto a rechazar la declaración como investigado del exnovio de Déborah, cuando restan solo cuatro meses para la prescripción de su crimen.

Contradicciones

En un auto del pasado día 27, la jueza reconoce que las sospechas que pesan sobre la expareja vienen fundadas por “las contradicciones en las que incurre”, si bien no lo aprecia como motivo suficiente para citarlo a declarar por primera vez en sede judicial.

Sin indicios contundentes

La magistrada incide que de las últimas diligencias practicadas “no arrojan indicios contundentes o incontestables” que permitan sostener una imputación sobre este varón. Así, hace hincapié en que ninguna prueba sitúa al exnovio “en el lugar donde fue hallado el cadáver”, tampoco se ha encontrado hasta el momento “resto alguno de éste en el cuerpo de Déborah” ni ningún testigo “los vio juntos esa noche”.

Restos bajo las uñas

La jueza entra a analizar también el informe del Servicio de Criminalística del Instituto de Toxicología de Madrid sobre el estudio de las fibras halladas bajo las uñas de Déborah y su cotejo con las mantas y colcha que pertenecían entonces al sospechoso. Aprecia que si bien estas fibras son compatibles con las de la manta, “podría tener múltiples orígenes”. No puede considerarse por tanto un dato que permita sostener, ni aún indiciariamente, la participación de [el exnovio] en los hechos investigados”, recoge el auto.

La hora del partido

Uno de los argumentos esgrimidos por la acusación particular para instar la citación de la pareja por aquel entonces de Déborah es la declaración de uno de los jugadores del partido en el Club de Campo. Éste afirmó que el varón llegó “bastante tarde”, información insuficiente para la titular del juzgado tudense. “No precisa si ya estaban en el segundo tiempo. Dice que cree que más de cinco minutos que tiene esa sensación, pero que no puede decir cuánto”, desgrana la jueza.

La magistrada precisa que esta declaración “en nada cambia” la posibilidad de que el sospechoso estuviera con Déborah antes de ir al partido. “Su testimonio no permite situar al sospechoso con Déborah ni tampoco constituye un nuevo argumento que acredite, ni aún indiciariamente, su participación en los hechos”, sentencia.

A mayores, sí pide aclarar la alteración del disco duro del ordenador de la joven.