Eran las 23.30 horas de la noche del domingo cuando tres varones corpulentos entraron al bar Tentaciones en Torrevieja. Pidieron unas bebidas, pero la dueña del local les dijo que estaba a punto de cerrar. Ellos insistieron, haciendo caso omiso. Ruslan, que estaba en la barra a la espera de limpiar y recoger, les repitió que era la hora del cierre. Entonces los clientes le preguntaron de dónde era: "Soy ucraniano. Gloria Ucrania", un dicho sin matices ofensivos que se asemeja a un allez la France o un viva España.

A partir de ahí lo intimidan y se abalanzan sobre él propinándole un primer puñetazo. Ruslan recibe varios insultos y gritos mientras siguen los golpes y las patadas en la cabeza incluso cuando está en el suelo semiinconsciente.

En el parte médico figuran contusiones y fractura de nariz. Al día siguiente no podía ni levantarse de la cama, por lo que no fue hasta el miércoles por la tarde cuando interpuso una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil, que investiga los hechos. De momento, se han identificado a dos de los agresores, unos hermanos rusos con antecedentes penales y conocidos en la zona por protagonizar episodios conflictivos.

Ruslan (derecha), el ciudadano ucraniano agredido.

Mientras, en la puerta de la comandancia varios compatriotas mostraban su solidaridad y apoyo a Ruslan, de 43 años y residente en la localidad desde hace 23. Desde la asociación de ucranianos Heart to Heart Torrevieja califican los hechos de "barbarie" y "una crueldad terrible": "No lo han matado de milagro". También manifiestan que le van a brindar asesoramiento jurídico y apoyo psicológico al agredido. Incluso, ya han contratado a un despacho de abogados, expertos en materia penal, para que lleve el caso de un posible delito de odio.

Ucranianos muestran su apoyo al compatriota agredido por rusos.

Hay impotencia, preocupación e inquietud entre la comunidad ucraniana: "Temíamos que pudiera pasar algo así y que saltara la chispa a raíz del conflicto bélico", aunque esperan que sea un suceso aislado que no altere la convivencia pacífica que hay desde hace décadas en un municipio con más de cien nacionalidades diferentes.