"Tranquilo, frío y silencioso. En su tónica habitual, vaya". Así describe a Jorge Ignacio P. J. una fuente del interior del centro penitenciario de Picassent al presunto asesino en serie que será juzgado a partir del próximo lunes, 13 de junio, por un tribunal popular por tres asesinatos, los de Marta Calvo, Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas, y ocho más en grado de tentativa, los de otras tantas mujeres que sobrevivieron a citas sexuales con él.

El presunto criminal llegó a la prisión valenciana el pasado 31 de mayo, procedente de la cárcel castellonense de Albocàsser, donde permanece desde hace casi un año. Este nuevo traslado estaba previsto desde hacía tiempo y obedece a la inminencia del juicio. Así, mientras dure la vista oral –está programada entre el 13 de junio y el 8 de julio–, Jorge Ignacio P. J. permanecerá en la cárcel valenciana para facilitar su traslado diario a la sala Tirant lo Blanc de la Ciutat de la Justicia de València, destinada a acoger ese juicio con jurado.

En este momento, continúa amparado en el artículo 75.2 del régimen penitenciario, al que pidió acogerse en el verano de 2021, tras el enésimo conflicto en el que dijo haberse visto envuelto, según él, al ser agredido o amenazado por otros reclusos que le habrían echado en cara ser el asesino de Marta. Aunque Instituciones Penitenciarias no pudo contrastar esas agresiones, optó por aplicarle el artículo 75 en su apartado tercero, que implica el cambio de centro del interno en atención a "salvaguardar la vida o integridad física del recluso". 

Por esa razón, tras consultarlo con el juez que instruyó la causa, la dirección de la prisión pidió permiso a Instituciones Penitenciarias para enviarlo a Albocàsser, adonde llegó el 26 de agosto pasado, tal como informó en exclusiva Levante-EMV, diario que pertenece a este mismo grupo, Prensa Ibérica.

Desde entonces, vive bajo el amparo del artículo 75.2, lo que en la práctica significa que tiene una celda para él solo, que sale sin compañía al patio, que no comparte el comedor... En definitiva, una vida tranquila y relajada, algo que ha estado persiguiendo desde el principio.

Gracias a ese sempiterno miedo que ha expresado a los médicos de la prisión cada vez que ha conseguido sentarse ante ellos, logró quedarse un año y medio largo en la Enfermería, algo completamente inusual, pese a no cumplir los requisitos para ello. Y cada vez que la dirección ha intentado trasladarlo a un módulo normal, ha terminado afirmando que le amenazaban o le pegaban, aunque no tuviera lesiones visibles y pese a que siempre ha sido trasladado a módulos de baja conflictividad.

Ahora, durante el tiempo que dure el juicio, permanecerá en el módulo 11 de la prisión de Picassent, un departamento de aislamiento en el que están recluidos internos que están cumpliendo alguna sanción, reclusos clasificados en primer grado por su peligrosidad e internos aislados. En todo caso, el presunto asesino en serie tiene condición de refugiado gracias al 75.2, por lo que no tiene contacto alguno con ellos gracias a la aplicación del citado artículo, por lo que puede seguir viviendo igual de tranquilo.