Tres menores de edad han sido detenidos y comparecían este viernes en la Fiscalía de Menores de Murcia, acusados de haber violado en manada a dos chicas, de 14 años cada una, informan fuentes policiales y judiciales. 

La agresión se produjo este jueves por la tarde en Espinardo, en concreto en una casa en ruinas emplazada en la zona de la urbanización Joven Futura. Ahí acudieron las víctimas (dos chicas que eran amigas) y presuntos agresores, algunos de los cuales se conocían ya. En un momento dado, los chicos, según contaron luego las víctimas a su familia y a la Policía, las agredieron sexualmente. Aunque las chicas se negaron a tener relaciones con ellos, las forzaron en manada. La menores finalmente pudieron zafarse y salir del lugar. Cuando llegaron a sus domicilios, relataron a sus madres lo que les había pasado. Ellas llamaron al 091.

Del caso se hizo cargo la Policía Nacional, que procedió al arresto de tres sospechosos, señalados por las víctimas como los autores del ataque sexual. Los agentes se entrevistaron con las víctimas, ya a salvo y en compañía de sus madres.

Dado que las chicas pudieron identificar a sus agresores, los tres adolescentes fueron arrestados rápidamente y horas después llevados, este viernes por la mañana, a la Fiscalía de Menores.

El fiscal de Menores, José Antonio Ródenas, interrogó a los tres adolescentes en dependencias de la Ciudad de la Justicia, donde se vivieron escenas de tensión al coincidir en los pasillos familiares de los sospechosos y de las víctimas. Estas personas se increparon mutuamente y llegaron a proferir insultos, dirigidos incluso a las niñas agredidas. Algunos de los allegados fueron expulsados de los juzgados, debido a su actitud violenta.

Uno de los agresores es vecino de Molina de Segura, mientras que los otros dos lo son de la población murciana de Espinardo. En su declaración, según ha podido saber La Opinión, los tres aseguraron que el contacto sexual con las chicas fue consentido.

El fiscal solicitó internamiento en régimen cerrado para los tres. Dos fueron llevados a La Zarza y un tercero a Las Moreras.

La defensa de los menores la llevó el abogado José María Caballero, mientras que la de las niñas la asumió el letrado Fermín Guerrero.