La edad no era inconveniente e incluso le puede ayudar cuando sea condenado por tráfico de drogas. El Grupo de Menudeo de Estupefacientes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón detuvo a G. L. V. J., de origen colombiano y de 77 años, por vender cocaína en el casco viejo de Zaragoza, especialmente en las calles en las que hay locales de ocio nocturno.

La investigación comenzó a raíz de recibir información acerca de un individuo de origen sudamericano y de edad avanzada que se estaría dedicando a la venta de cocaína en la zona centro de Zaragoza.

El domicilio de esta persona se ubicaba en una calle peatonal sin apenas tráfico rodado, junto al Mercado Central y muy cerca de la zona de fiesta conocida como el Casco Viejo.

Las primeras informaciones indicaban que había un gran trasiego de personas que se acercaban al domicilio del investigado manipulando sus teléfonos móviles y unos instantes después este señor bajaba a la calle donde se producía un pequeño intercambio entre ambos, tras el que se despedían y salían cada uno para un lado.

En otras ocasiones se podía observar como este individuo abandonaba el domicilio en bicicleta o en patinete eléctrico y volvía pasados unos minutos, realizando esta acción varias veces durante la mañana o la tarde.

Los investigadores, tras realizar numerosas vigilancias y seguimientos comprobaron que efectivamente esta persona se estaría dedicando a la venta de esta sustancia estupefaciente, llegando los agentes a intervenir varias dosis de cocaína a algunos de sus “clientes” justo después de realizar la transacción. Se da la circunstancia de que todas estas papelinas se cerraban con una característica goma de pelo de color negro.

Por tales hechos los agentes establecieron en la mañana del pasado jueves 30 de junio, un dispositivo en torno al domicilio del investigado con el fin de proceder a su detención, siendo localizado e interceptado sobre las 11.00 horas circulando en un patinete eléctrico por la calle Temple.

Horas después los investigadores realizaron una entrada y registro en el domicilio del detenido, previamente autorizada por el Juzgado de Instrucción número 9 y con la colaboración de la Unidad de Guías caninos, en el que se intervinieron numerosos útiles para la venta y posterior de distribución de sustancias estupefacientes, así como una bolsa de gomas de pelo de color negro que coincidían plenamente con las que cerraban las dosis incautadas en días previos a varios clientes del detenido.

Cuarto de contadores

Así mismo, los actuantes encontraron en el llavero que portaba el detenido una llave que abría el cuarto de contadores del edificio, donde la perra llamada Coca localizó en un recoveco tras una cuba de agua, un calcetín que contenía una bolsa con unos 6 gramos de cocaína, dos paquetes con 8 y 6 dosis individuales preparadas para su venta inmediata, una dosis suelta, unos moldes para la elaboración de planchas de cocaína, una báscula de precisión y una bolsa de 57’86 gramos de lo que aparentemente resulta ser sustancia de corte y varias gomas de color negro.

Además, durante la práctica de la entrada y registro se intervino un recibo de una empresa de cerrajería en el que se hacía referencia al arreglo de una cerradura sita en un trastero del paseo Pamplona de Zaragoza, realizado el día 31 a nombre del detenido. Una vez realizadas las gestiones tendentes a la localización del trastero se solicitó del Juzgado de Instrucción número 9 de Zaragoza, ampliación del Mandamiento de Entrada y Registro para este trastero, encontrando en su interior 242,5 gramos de cocaína y 4,5 kilos de sustancia de corte, así como múltiples efectos para la adulteración de la Cocaína y su preparación para la venta por dosis.

El detenido fue puesto horas después a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia, quien tras oírlo en declaración decretó su inmediato ingreso en prisión.