Acusaciones cruzadas entre los cuatro detenidos por el asesinato de Alfredo Balaguer Ríos, el hombre de 55 años cuyo cadáver fue hallado descuartizado y quemado en una especie de pira funeraria junto al río Túria en un paraje de Gestalgar el pasado 29 de junio. El Juzgado de Instrucción número dos de Llíria ha acordado esta tarde el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin posibilidad de fianza, de los cuatro acusados tras tomarles declaración.  

Las detenciones, de las que informó en exclusiva Levante-EMV, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico, se produjeron después de que una de las presuntas autoras del crimen y el novio de su hija - los tres detenidos- confesaran a la policía nacional que el cuarto arrestado, pareja sentimental de la primera, había matado a un hombre y que supuestamente este los tenía retenidos en la casa bajo amenazas para que no dijeran nada.

El grupo de Homicidios de la Guardia Civil ya los tenía identificados desde principios de julio gracias a las gestiones realizadas a partir de una placa de titanio y acero localizada en la autopsia del cadáver. Esta pieza de una intervención quirúrgica a la que fue sometida la víctima para corregirle un problema en una vértebra lumbar fue clave para la identificación del cadáver, tal como informó este periódico. 

Los arrestados son Pilar C. E., de 52 años; su pareja sentimental, Luis Marcos G. T., de 51 años; la hija de Pilar, L. M. C., de 19 años; y el novio de esta, A. G. C., de 23. El primero en declarar ha sido Luis, quien sostiene que fue su pareja la que mató a Alfredo golpeándole con una tabla de cortar, de madera, que cogió de la cocina. Dicho acusado alega que él no se encontraba en la casa en el momento del crimen, que estaba de viaje, y atribuye las acusaciones de los otros tres, quienes le incriminan, en un supuesto complot contra él. 

La segunda en declarar ha sido la joven de 19 años, quien apoya la tesis de su madre, de que su pareja fue quien mató a Alfredo y que únicamente habrían participado a la hora de deshacerse del cuerpo, pero que inicialmente no sabían que se trataba de un cadáver, pese a que cargaron los restos en bolsas de basura y los trasladaron en el maletero del vehículo de su novio hasta Gestalgar, donde le prendieron fuego rociándolo con gasolina, que previamente habían comprado de camino en una gasolinera. Los otros dos detenidos se han acogido a su derecho a no declarar ante la jueza, aunque sí que acusaron directamente a la pareja de ella ante la Guardia Civil. 

El crimen se produjo el pasado 27 de junio en una vivienda de la calle Escultor Salcillo, en el barrio de la Fuensanta de Valencia. En la casa residía el fallecido como okupa tras la muerte del verdadero propietario del inmueble y los cuatro detenidos, a quienes éste cobraba un alquiler. Las investigaciones apuntan a que el móvil del asesinato fue económico. De hecho, los detenidos están acusados de los delitos de homicidio u asesinato, encubrimiento y robo con violencia.