INVESTIGACIÓN

Roba el móvil a una chica y la viola en los baños de un pub en Zaragoza

Ocurrió este fin de semana y la joven acudió a la Policía Nacional a denunciar | El sospechoso tiene siete antecedentes, entre ellos, por tráfico de drogas y lesiones

La joven acudió a esta comisaría a denunciar lo ocurrido.

La joven acudió a esta comisaría a denunciar lo ocurrido. / ÁNGEL DE CASTRO

L. M. G.

Había salido con los amigos para disfrutar de la noche del sábado y acabó denunciando en una comisaría de la Policía Nacional en Zaragoza la agresión sexual que minutos antes había sufrido por parte de un joven. Fue en los baños de un pub de la capital aragonesa, después de que el sospechoso, supuestamente, la intimidara y sometiera tras robarle el teléfono móvil. El presunto, que suma siete antecedentes, fue detenido, pero ya está en libertad provisional.

Los hechos que investiga la Unidad de Familia y Mujer de la Jefatura Superior de Policía de Aragón tuvieron lugar sobre las 02.00 horas. La joven estaba en la discoteca Mamanuca con dos amigos, accediendo a un reservado en el que estaba un conocido. De repente, estos dos jóvenes desaparecieron quedando a solas con F. A. H. R., de 36 años y de origen dominicano, quien le arrebató el teléfono móvil de las manos cuando llamaba a sus amigos para saber dónde estaban. Según relató la joven a los agentes, el posteriormente arrestado le espetó: "Que no te marchas, que lo tengo yo, que no vas a hacer una bomba de humo. Sí o sí vas a terminar conmigo en la habitación de un apartahotel". Ella le dijo que no quería nada con él, mientras le suplicaba que le devolviera el terminal.

No lo hizo, pero quería recuperarlo por las buenas así que trató de seguir de fiesta con él y el resto de amigos para ver si acababa por devolviéndoselo. Desesperada por la situación decidió salir a la calle a fumarse un cigarro. En la calle Azoque se encontró a una amiga a la que le contó lo que le había pasado. Esta le propuso llamar a F. A. H. R. y ofrecerle ir todos juntos al pub Canterbury para ver si al final accedía a entregárselo. Fue mucho peor. Aunque no estaban solos, F. A. H. R. comenzó, según la denunciante, "a ponerse muy pesado" y a pedirle ir juntos a otro local, Chocolat. Ella solo quería recuperar su móvil, así que no se despegó de él.

En un momento dado, el sospechoso le dijo de ir al baño juntos a esnifar cocaína, no oponiéndose ella pues trataba en todo momento de complacerle para ver si le arrebataba el teléfono. Fue en el interior de una cabina en la que entraron donde, supuestamente, F. A. H. R. la obligó a realizarle una felación. "Cerró la puerta, bloqueó la salida, quiso poner una raya en mi culo, pero me negué", relató la víctima, siendo abofeteada mientras trataba de bajarle los pantalones. Fue en ese momento cuando le dijo: "No, ahora mejor me la voy a pintar aquí y me la vas a comer", en relación a su pene. Hubo un forcejeo, pero, al final acabó agrediéndola sexualmente.

Tras la violación, F. A. H. R. la habría dejado ahí con restos de semen en sus ropas que, posteriormente, fueron aportados a la Policía Nacional como prueba. Al final, el arrestado se fua a la discoteca Chocolat, donde quería seguir la fiesta. La víctima, que sabía de sus intenciones, se presentó en el local con sus amigos y ya pudo recuperar el terminal. De ahí fue directamente a la comisaría del Actur a interponer una denuncia. F. A. H. R., al estar fichado por sus siete antecedentes, entre los que destacan malos tratos, tráfico de drogas, lesiones, atentado y conducción sin puntos del carnet de conducir, pronto fue llamado por la UFAM para que se presentase en las dependencias policiales.

Allí fue detenido y puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 9 de Zaragoza, cuyo magistrado acordó la libertad provisional, tal y como pidieron los abogados Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén. No obstante, le impusieron una orden de alejamiento. Desde Canterbury condenaron la agresión ocurrida e informaron que existe un protocolo de seguridad en el que cualquier persona que comunique un hecho así al personal del local se atiende por un lado a la víctima y se intercepta al sospechoso a la espera de la Policía.