Acusa a un amigo de su marido de violarla: "Me dijo que si pedía ayuda al 061 me daría una paliza"

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza juzgó ayer a un vecino de Benidorm –alias Toly– como presunto autor de un delito de agresión sexual por, supuestamente, violar a la pareja de un amigo con la que, en junio de 2021, llegó a la localidad zaragozana de La Almunia de Doña Godina para trabajar en el campo. Mientras que el acusado defendió que dejó de tener relaciones sexuales con ella porque llegaba «todos los días borracha» a casa, la denunciante reconoció que las relaciones solo fueron consentidas «al principio», ya que «hubo un momento» en el que ya no sentía «nada» por él. «Me cogió de las manos, me puso las manos en la boca, me bajó las bragas y me forzó. Me dijo que si pedía ayuda al 061 me pegaría una paliza», recordó la víctima sobre una de las veces en las que la violó.

Por todo ello, el ministerio fiscal solicita una pena de once años de cárcel por un delito continuado de agresión sexual y otros dos años de prisión por un delito de malos tratos en el ámbito familiar. Y es que, desde que ambos llegaron a la capital de la comarca de Valdejalón en junio de 2021 hasta que se interpuso la denuncia el 8 de agosto, la chica concretó que el acusado la agredió sexualmente hasta en «diez» ocasiones. «Estaba muerta de miedo. Solo me interesaba el bienestar de los de mi alrededor y al final yo ya me dejaba porque estaba muy débil», explicó en alusión a las amenazas que Toly profería contra ella al decirle que tenía controlada a su hija y que le podría pasar algo malo en el caso de que dejaran de mantener relaciones sexuales.

Según el acusado, ambos se conocían desde hace «13 o 14 años», ya que con su marido mantenía una relación de amistad vinculada al tráfico de drogas. «Éramos socios», detalló ante el tribunal provincial, presidido por el magistrado Alfonso Ballestín, ante quien también reiteró que fue ella quien le propuso venir a trabajar a Aragón. La víctima, por su parte, declaró todo lo contrario. «Me lo propuso él y yo lo acepté porque no sabía lo que me esperaba, no sabía lo que iba a pasar», argumentó.

A lo largo del plenario, Toly confundió a una terna de periodistas que se situaban entre los asientos del público como uno de los guardias civiles que le tomó declaración tras ser detenido y como el propietario de la vivienda en la que residían. Vivían de alquiler en la habitación de un chalet.