Nueve años de cárcel para un hombre que hostigó de forma brutal a su exnovia en Vigo: cientos de llamadas y acechos

El maltratador de Paloma, una viguesa de 43 años que relató a FARO DE VIGO el "calvario" al que la sometió su expareja durante años con llamadas telefónicas, mensajes, timbrando en el piso de sus padres, siguiéndola e incluso provocando que compañías de decesos, de seguros... la telefoneasen sin cesar, ya tiene castigo.

El Juzgado de lo Penal nº 1 de Vigo condenó el hombre a 9 años y medio de prisión por delitos de acoso, un delito continuado de amenazas, de descubrimiento y revelación de secretos, de lesiones y contra la seguridad vial, así como el pago de 23.000 euros en concepto de responsabilidad civil a mayores de una pena de multa de 3.240 euros. Y casi lo más importante, mantener la situación de prisión provisional hasta que se ejecute esta sentencia, contra la que cabía recurso de apelación.

La magistrada sostiene en la sentencia que el ahora condenado realizó todos estos hechos de "hostigamiento" con el ánimo de "despreciar la decisión de la denunciante de acabar con su relación y demostrar su dominio y superioridades sobre la perjudicada". Y es que los hechos no fueron baladí.

La mujer cortó la relación de dos años y medio en junio de 2022 y desde entonces, el varón trató de contactar con ella de todas las formas imaginables: primero de forma "insistente y reiterada" con llamadas de Whatsapp, viéndose obligada ella a "bloquear hasta siete números". Luego, "timbra casi a diario en el domicilio de sus padres". También la "persigue en sus traslados y la somete a vigilancia".Tras esto, Paloma decidió denunciarlo, motivo por el que se le impuso una orden de alejamiento.

La incumplió de "manera reiterada" realizando hasta cien llamadas telefónicas y también tratando de acceder hasta el "29 ocasiones" a su cuenta de correo electrónico. También con la intención de "atentar contra su intimidad", cambió la foto de perfil que tenía en la aplicación informática del servicio sanitario en el que ella trabajaba.

Contactó también con compañías telefónicas y aseguradoras para que llamasen de forma incesante a la mujer provocándole todo ello un trastorno de adaptación mixto con alteración de las emociones y síntomas propios de un trastorno por estrés postraumático.