Un vecino del Ayuntamiento de Ribadumia, de unos 50 años, se encuentra hospitalizado en el sanatorio Domínguez de Pontevedra después de sufrir a manos de dos encapuchados una brutal paliza en el garaje de su propia vivienda, un chalé ubicado en la parroquia de Sisán, en Ribadumia. Los individuos se llevaron dinero y joyas, por valor de unos 30.000 euros.

El hombre, Arturo Otero Martínez, declaró ayer que el pasado sábado por la noche, cuando estaba aparcando su coche en el garaje de su vivienda, le asaltaron dos individuos encapuchados que le agredieron salvajemente, y que luego accedieron al interior de su domicilio. "No los conocí, y creo que ellos tampoco me conocían a mí", afirmó ayer a este periódico desde la habitación del sanatorio donde está ingresado.

Arturo Otero Martínez cree asimismo que sus agresores eran extranjeros, aunque afirmó no poder identificar su procedencia: "No lo sé, porque con la paliza que me estaban dando ni me enteré". El arousano explicó asimismo que tiene tres costillas rotas, y lesiones en la espalda, la cadera y el rostro. Aseguró que ayer por la mañana denunció los hechos ante un agente de la Guardia Civil de Pontevedra que fue a visitarle al centro sanitario.

Fuentes oficiales explicaron que la agresión se produjo el pasado sábado, día 23, a las diez menos cuarto de la noche. Al parecer, uno de los encapuchados portaba un arma de fuego. Tras reducir a Otero le maniataron y le condujeron al interior de la casa, exigiéndole dinero.

Según la denuncia, los asaltantes se llevaron 300 euros que tenía en la cartera, otros 15.000 que guardaba en su vivienda, y joyas por un valor de 12.000 euros, aproximadamente. Una vez que se hicieron con el botín, los asaltantes se marcharon, emprendiendo la huida en un coche.

Por el momento no se han producido detenciones, y las diligencias que se instruyen son por un presunto delito de robo con fuerza en domicilio. Arturo Otero está convencido de que el único móvil de la agresión sufrida fue el del robo, aunque la investigación podría estar barajando otras hipótesis de trabajo.

Al parecer, la voz de alarma saltó durante el mismo fin de semana, cuando una mujer llamó al cuartel de la Guardia Civil de Cambados avisando de que un coche con varios encapuchados dentro estaba persiguiendo a su compañero sentimental.

Si bien al principio los responsables de la investigación no habrían podido confirmar todos los datos -dado que Arturo Otero no presentó su denuncia hasta ayer por la mañana- en la localidad de Ribadumia hay vecinos que comentan que el hecho podría tener como trasfondo el mundo del narcotráfico, y que en realidad el objetivo final de los asaltantes sería cobrar cierta cantidad de dinero.

Según comentan algunos vecinos, hacía algún tiempo que Arturo Otero no se dejaba ver por Ribadumia, hasta que hace unas semanas volvió a hacer vida social. La víctima aseguró ayer que tenía "miedo" de volver a ser atacado, pues afirma que es un trabajador del mar y vive solo. Aseguró que se encuentra mal debido a las lesiones sufridas. "Con solo respirar ya me duele todo", afirmó.

Aunque por el momento los hechos que se están investigando pueden calificarse como un robo con fuerza, también existen elementos que lo aproximan a lo que se ha llamado como secuestro exprés, una modalidad delictiva que consiste en retener a una persona el menor periodo de tiempo posible, para obtener dinero en metálico de modo rápido y sin levantar revuelo. Hace dos años unos hombres retuvieron durante unas pocas horas al empresario de Meaño José María Cacabelos, de quien obtuvieron posteriormente 120.000 euros.