El cocinero Alberto Chicote regresa esta noche a la parrilla de La Sexta con la quinta temporada de Pesadilla en la cocina, una nueva entrega en la que se enfrentará a uno de los cocineros "más sucios" que ha conocido, viajará a Utrecht para ayudar al propietario de un restaurante flamenco y dará una boda. "Tenemos una temporada entre manos que creo que es la mejor de todas las que hemos emitido porque vamos a muchos lugares diferentes que no hemos acudido hasta ahora y creo que se va a disfrutar mucho", señaló el televisivo chef sobre su programa.

Alberto Chicote y el equipo de Pesadilla en la cocina arrancan hoy con la visita a un "barco restaurante" que tendrá que reflotar, y continuarán la temporada visitando un camping o un restaurante de despedidas de solteros que también da bodas. "De hecho -enfatiza el cocinero- vamos a dar una boda".

Otra de las novedades de esta nueva edición es que el programa viajará a Utrecht (Holanda) para ayudar a al restaurante flamenco Ele, "de flamenco del nuestro", como puntualiza; cuyo propietario es paraguayo. Pero si por algo el cocinero madrileño cree que es la "mejor" temporada es también por el "enorme nivel de implicación" del equipo del programa en estos nuevos casos que le han planteado profesionales al borde del cierre.

Algo que le ha llevado, "casi casi" a querer "inmolarse" ante cocineros, camareros o jefes de sala que le hacen tirar de grandes dosis de paciencia para no dar el caso por perdido. "Nosotros lo que hacemos es ofrecer una oportunidad a quien nos lo está reclamando. No entramos en un restaurante sin ton ni son, vamos con una premisa fundamental: que los propietarios reclaman nuestra ayuda", destaca el presentador de este programa.

Y los motivos para que soliciten esta asistencia televisiva pasan, como expresa el chef, por "falta de profesionalidad o sentido común". "Estoy convencido de que gracias a Pesadilla en la cocina hay mucha gente que antes de montar un negocio de hostelería se lo piensa, porque esto no es tan sencillo. Pero hay mucho público que visita restaurantes que funcionan de maravilla y gracias al programa se dan cuenta de que este no es un sector tan sencillo como pensaban", matiza. Chicote reconoce que la suciedad no es uno de sus mayores enemigos en Pesadilla en la cocina, sino aquel profesional que "piensa" que una cocina es "un espacio sucio por naturaleza". "La mayoría de las veces la suciedad es consecuencia de dos cosas: un criterio no adecuado y del desinterés al ver que su negocio no va bien", señala.