Plenos de propiedades beneficiosas para combatir enfermedades del corazón, los guisantes protagonizan esta temporada los menús de los televisivos gemelos Javier y Sergio Torres (Barcelona, 1970), propagandistas desde su cocina de la sabrosa leguminosa que brota en dos floraciones en la comarca de El Maresme. "El sabor de estas pelotitas refleja el mar y el sol de esta zona" de Cataluña, en cuyas arenosas playas desembocan arroyuelos que nacen en las montañas de la Cordillera Litoral, explica orgulloso Javier en uno de los salones de su restaurante Dos Cielos de Madrid, en el Gran Meliá Palacio de los Duques, unas antiguas caballerizas de la señorial casa, su plataforma de lanzamiento, junto con su gemelo de las guisantadas.

La perla verde de El Maresme de los campos de la costa catalana, de las variedades floreta y garrofal, es recogida a las cinco de la mañana para garantizar el grano crujiente. "El frío ralentiza el crecimiento y potencia el dulzor" de esta leguminosa, consumida ya durante el Neolítico y puesta de moda en Europa por Luis XIV de Francia, el Rey Sol, un amante de la gastronomía que descubrió en estas semillas propiedades afrodisíacas. A medio camino entre las verduras y las legumbres, los guisantes están llenos de vitaminas, enzimas y antioxidantes.

Con un precio que oscila entre los 80 y los 100 euros el kilo, los guisantes de El Maresme son fuente de carbohidratos, proteínas y minerales que ayudan al funcionamiento del sistema nervioso, a mantener alto el estado de ánimo, a reducir el colesterol malo y a equilibrar los niveles de azúcar en la sangre. "Nos encantan cuando explotan en la boca", celebra el cocinero Javier Torres que con su hermano heredó la pasión de su abuela Catalina por los fogones hasta lograr dos estrellas Michelin en el restaurante del barrio barcelonés de Les Corts.