La coruñesa Sara Lúa colgó el delantal en MasterChef 8 tras una caótica prueba de eliminación y dejó a todos sus compañeros con lágrimas en los ojos. Era un claro ejemplo a seguir como concursante, siempre dispuesta a trabajar y ayudar a los demás. Y no sólo era la favorita de ellos, también de muchos de los espectadores que la veían como una clara candidata a llegar al duelo final, según informó RTVE. "¿Por qué lloras, Iván?", le preguntó Jordi Cruz al aspirante gallego. "Bueno, no me gusta ver esto, parece ser que soy un gallo que llora", decía Iván desde la barandilla. Sara Lúa dejó huella en el programa y su salida provocará que el resto de concursantes se tengan que emplear mucho más a fondo de cara a la gran final.

La no repesca de esta edición dejó un sabor de boca algo agridulce. Por un lado, los jueces no quieren premiar un trabajo mal hecho y han decidido darle un empujón a los que aún siguen en las cocinas incorporando a un nuevo aspirante inédito al programa, Carlos. Buscan incentivarles para que hagan todo lo posible por la supervivencia y se expriman a tope en sus tareas.