Superado el díptico de los Vosgos, el pelotón del Tour de Francia afronta la etapa más larga de esta edición, 230 kilómetros entre Belfort y Chalon-sur-Saone que deben resolverse al esprint.

Prácticamente llana, la etapa servirá de transición entre la dura jornada con final en La Planche des Belles Filles y la etapa de media montaña que acabará en Saint-Etienne.

Los equipos de los pretendientes a la general dejarán el protagonismo a los de los llegadores, que si se cumple el guión habitual tolerarán una escapada hasta que se huela la sangre en el tramo final.

La primera parte de la jornada, con tres puertos de poca entidad, ofrece terreno adecuado para las fugas, pero a partir del kilómetro 119 el control por parte de los equipos de esprinters parece cómodo.

- Etapa 7: Belfort - Chalon-sur-Saone, 230 kilómetros

Salida: 11.35 horas

Llegada prevista: 17.03

- Montaña:

Col de Ferriere (4a), a 192,5 kilómetros de meta

Cota de Chassagne-Saint-Denis (3a), a 134,5

Cota de Nans-sous-Sainte-Anne (4a), a 110,5.