Pocas cotas se han dejado los organizadores entre Mâcon y Saint-Etienne para aderezar la octava etapa, y convertirla en una jornada de media montaña, que, en la medida de lo posible, no se resuelva al "sprint".

En total, entre los 200 kilómetros, han encontrado siete puertos puntuables, cinco de segunda y dos de tercera categoría, un abanico de dificultades que van, desde largas cotas, de hasta siete kilómetros, a otras más explosivas, de tres, pero con rampas de hasta el 10 %.

Un plantel repartido a lo largo de toda la jornada que dejan para el final, a 12,5 kilómetros para la meta, un puerto de tercera, la Cota de La Jaillère, de tercera categoría, donde se repartirá una bonificación extraordinaria.

Ocho segundos al que supere ese puerto en cabeza, cinco para el segundo y dos para el tercero, un aliciente para estimular ataques más lejanos y, quien sabe, si para introducir alguna ligera modificación en la general que se presenta a esas alturas apretada.

A ello se suma la bonificación en meta, de 10, 6 y 4 segundos, respectivamente, que puede dar alicientes en la búsqueda del preciado maillot amarillo.

A menos que una larga escapada llegue con tiempo suficiente en una etapa que ofrece terreno adecuado para ello en una jornada en la que tampoco hay que descartar que la victoria de etapa se dispute entre un grupo nutrido.

Etapa 8: Mâcon - Saint-Étienne, 200 kilómetros

Salida: 12.25 horas

Llegada prevista: 17.27 horas

Montaña

Col de la Croix Montmain (2a), a 149 kilómetros de meta

Col de la Croix de Thel (2a), a 115,5

Cota de Affoux (3a), a 103

Cota de la Croix de Part (2a), a 67

Cota de Aveize (2a), a 51,5

Cota de La Jaillère (3a), a 12,5.