En este sentido, Aragón es seguramente la región más diversa y espectacular, con formaciones increíbles y paisajes difíciles de imaginar que forman un abanico excepcional de lugares que sorprende.

De la mano de especialistas servicio de guías

Si bien es posible acceder a muchos de los lugares de manera independiente, es aconsejable la ayuda de guías especializados para la visita a algunos espacios y, en general, es recomendable contar con este servicio para exprimir al máximo las experiencias en torno al geoturismo que ofrece Aragón. La empresa Qeteo (qeteo.es), formada por geólogos, está especializada en rutas y en la dinamización de actividades relacionadas con el patrimonio geológico aragonés. Asimismo, la comunidad autónoma cuenta con una extensa red de alojamientos para pernoctar y con restaurantes típicos para disfrutar de su excelente gastronomía.

El turismo geológico está creciendo en todo el mundo. A ello contribuye el auge del turismo sostenible, uno de los principios de la puesta en valor de este tipo de patrimonio, que ha estimulado a descubrir los paisajes naturales a través de la geología. Las provincias de Huesca, Zaragoza y Teruel atesoran en su conjunto una variedad de espacios naturales apabullante. Lugares extraordinarios que cuentan con una importancia de primer orden desde el punto de vista geológico y paisajístico. Muestra de ello son sus Geoparques, una figura de excelencia de la Unesco que resalta la importancia internacional de este tipo de áreas y que en el caso de Aragón toma forma a través del Geoparque de Sobrarbe-Pirineos y el Geoparque del Maestrazgo, uno de los cuatro primeros que se crearon en el mundo.

En la provincia de Zaragoza, a caballo entre las comarcas de Ribera Baja del Ebro y Los Monegros, se encuentra uno de estos insólitos lugares: las Saladas de Sástago Bujaraloz, el más amplio de los sistemas endorreicos de España y uno de los mayores de Europa. Un complejo de lagunas que, al secarse durante parte del año, dan lugar a extensas superficies salinas -la mayor se conoce como Salada de La Playa- que fueron tradicionalmente aprovechadas para la obtención de sal hasta mediados del siglo XX. El resultado de este fenómeno son paisajes asombrosos, desoladores y bellos, definidos por un manto blanquecino salpicado de innumerables cristales de yeso.

Paisajes inusitados

No muy lejos de allí, penetrando levemente en la provincia de Huesca, se encuentra el paraje de Jubierre, uno de los ejemplos más característicos del peculiar desierto de Los Monegros. Desde la localidad de Castejón de Monegros, un desvío conduce a una pista por la que se recorren, mediante una serie de rutas, barrancos y escarpes sorprendentes por sus formas y colores, así como monumentos pétreos con formaciones imposibles, como los tozales o torrollones, siendo los de La Cobeta y el de Colasico los más populares.

Desde este punto y en dirección nordeste, aguarda la población de Estopiñán del Castillo, desde donde es posible alcanzar el pueblo abandonado de Finestres. Partiendo de Finestres por sendos caminos que conducen a ermitas se logra contemplar una de las formaciones geológicas más espectaculares y menos visitadas de todo Aragón, la Muralla de Finestres, una imponente pared de crestas de piedra caliza que se disponen de manera vertical flanqueando el embalse de Canelles. Ya en la provincia de Teruel, hay otros dos parajes singulares.

Por un lado, los rodenos, formaciones creadas a partir de conglomerados y areniscas de rojo intenso, forman un curioso afloramiento en la localidad de Peracense, desde el que sobresale el castillo de esta población mimetizándose con el entorno en una maravillosa simbiosis que crea un paisaje realmente llamativo. El castillo, desde el que se divisa el valle del río Jiloca, es uno de los mejor conservados de Aragón y da lugar, junto con los rodenos de Peracense, a una de las postales más hermosas de toda la provincia.

Riqueza natural

Más al sur de este conjunto, la población de Orihuela del Tremedal sirve de punto de partida hacia el sensacional río de bloques que se encuentra a mitad de camino de la carretera que conduce hasta el Santuario de la Virgen del Tremedal. Este río de piedra, generado por la acumulación de bloques debido a la acción de la glaciación y la gravedad, es el ejemplo más accesible y con mejores vistas de todos los que se concentran en el municipio, siendo los más extensos de Europa al llegar a alcanzar más de 2,5 kilómetros de largo y 250 metros de ancho.

La provincia de Huesca es famosa por su riqueza natural y paisajística, en especial la franja que cubre los Pirineos y sus estribaciones. Uno de los territorios más valorados es la Comarca de Sobrarbe, donde se encuentra el Geoparque del mismo nombre, situado en el corazón de la cordillera. En el interior del Geoparque, el ibón de Plan, también conocido por ibón Bosa de la Mora, se revela como uno de los sitios más populares y de mayor belleza de este sector pirenaico. El ibón, nombre local para designar un lago glaciar de alta montaña, está en el Macizo de Cotiella, custodiado por una especie de anfiteatro calcáreo que forma en conjunto un paisaje idílico.

Los Mallos de Riglos

Aún bajo la influencia prepirenaica, junto a la localidad de Riglos unas sobrecogedoras moles denominadas mallos -término aragonés- se elevan vertiginosamente mediante paredes desnudas hasta los 275 metros de altura. Los Mallos de Riglos son consecuencia de la erosión y el efecto de plegamiento de la tierra sobre los sedimentos asentados en la zona. Un prometedor recorrido denominado Camino del Cielo permite adentrarse entre los mallos. Mientras, el Mirador Mallos de Riglos ofrece una de las mejores panorámicas de esta conocida formación oscense. Los valles de los ríos de la Val y Guadalope confluyen en el entorno de la localidad de Aliaga sin llegar a sospechar la importancia geológica que representa este sector de la provincia de Teruel. Constituida bajo la denominación de Parque Geológico de Aliaga y dentro de la circunscripción de mayor entidad del Geoparque del Maestrazgo, esta área representa uno los puntos de mayor importancia geológica a escala mundial. Aliaga fue el lugar donde convergieron las distintas fuerzas tectónicas de la Península creando esa especie de nudo rocoso que otorga a esta zona la justa fama de valle retorcido. El Pliegue de la Olla -la formación más icónica de Aliaga- es único en el mundo.

Las entrañas de la tierra

El Museo Minero de Escucha, única mina de carbón subterránea visitable en España, permite adentrarse bajo tierra hasta más de 200 metros de profundidad. El municipio de Molinos alberga el Monumento Natural de Las Grutas de Cristal, un sistema kárstico que ha dado lugar a un conjunto de cuevas repletas de estalactitas, excéntricas, estalagmitas, columnas... Más al norte, la Sima de San Pedro ha creado un pequeño ecosistema con más de 25 especies animales.

Un reducto geológico cerca de la capital

En el mismo término municipal de Zaragoza, a tan solo cuatro kilómetros del núcleo de población de la ciudad aragonesa, un antiguo meandro del río Ebro que quedó inundado durante el siglo pasado forma lo que en la actualidad es conocido como Galachos de Juslibol (la palabra galacho es la forma local de llamar a un meandro). El acceso para los vehículos desde el barrio de Juslibol da paso a un área peatonal que se ha convertido en uno de los espacios de esparcimiento más valorados por la población de Zaragoza. Justo antes de adentrarse en el sistema de bosques de ribera y lagunas del interior, una larga e impresionante barrera de escarpes de yesos guía por el camino hasta el Centro de Visitantes.