La exposición a numerosos contaminantes medioambientales es un factor que incide de forma negativa en la duración de la lactancia materna. Los pediatras, en los últimos tiempos, se han encontrado con las numerosas dudas lanzadas por las embarazadas encaminadas a conocer los riesgos potenciales en la salud de sus hijos por la transferencia de tóxicos laborales a través de la lactancia materna. Ante la falta de estudios toxicológicos sobre la alimentación de los recién nacidos en sus primeros momentos de vida, la vulnerabilidad a la presencia de tóxicos, el carácter limitado de la dieta y los procesos por los que se acumulan estas sustancias en los cuerpos de los más pequeños, resultaba necesario incidir en la evaluación del riesgo medioambiental laboral de la mujer lactante.

Para ello, los profesionales de la unidad de Salud Medioambiental Pediátrica y de Neonatología del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, junto a otros sanitarios de hospitales como La Paz en Madrid y de Olot en Girona, han llevado a cabo un estudio donde investigan el riesgo químico que suponen determinados trabajos y a los que están expuestos tanto la madre como el bebé que espera. "Ya sabemos que los tejidos embrionarios y en los primeros meses de desarrollo son mucho más vulnerables a la acción tóxica de los alteradores endocrinos, cancerígenos o mutágenos. En las consultas de matrona y pediatría se debe preguntar por las profesiones parentales y explorar sobre las exposiciones o preocupaciones laborales en relación con la lactancia materna", señalan los expertos.

Desde la industria del metal, agrícola, del automóvil o química, pasando por la construcción, fábricas de calzado, refinerías, transporte, minería, peluquería, imprenta o el ámbito sanitario, los pediatras ponen en el foco de atención estos sectores que pueden conllevar un riesgo químico para las embarazadas. El benceno, los metales pesados o los pigmentos cromados en la industria química; los absentos y los hidrocarburos policíclicos aromáticos en la construcción; el alquitrán, cromo, plomo, cadmio o berilio en la industria del metal; tintes y nitroderivados aromáticos en las peluquerías, etc... En concreto, la investigación llega a numerar hasta 19 sectores profesionales donde las lactantes están expuestas a sustancias ambientales tóxicas.

"El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo ahora tiene una referencia de una sociedad científica donde se señalan los trabajos o sectores laborales donde se exponen a las lactantes a riesgos químicos", señala el pediatra Juan Antonio Ortega, "hasta ahora la evaluación de riesgos se había centrado en la madre pero no en el niño". El informe ha sido publicado a través de la Asociación Española de Pediatría, donde además se recomienda ampliar a dos años la baja maternal para asegurar una lactancia materna y un desarrollo del menor mucho más saludable. "La leche materna es fuente de exposición a contaminantes medioambientales, y al mismo tiempo contrabalancea muchos de los efectos de estas exposiciones. Es muy importante para el desarrollo neuronal del bebé que los padres pasen el mayor tiempo posible con él". "Prolongar la baja maternal es la decisión más eficiente y productiva".

Los expertos también recomiendan usar vidrio, acero inoxidable o cerámica para almacenar, calentar o pasteurizar la leche materna para disminuir la exposición a contaminantes químicos.

Plomo: Sustancia neurotóxica que no tiene un nivel en sangre seguro

El plomo es una sustancia neurotóxica de la que no se conoce un nivel en sangre sin efecto. El Comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría está revisando proponer la reducción de los niveles de acción en 3-3,5 microgramos de plomo por decilitro de sangre (μg/dl) con base en las evidencias nefrotóxicas y sobre el neurodesarrollo, señalan los pediatras. Actualmente, los niveles de seguridad del plomo se sitúan en 5 μg/dl. "La prueba de plomo en sangre se recomienda en poblaciones que viven en zonas con suelos contaminados, especialmente en la infancia, el embarazo y en madres lactantes".

Trabajos con riesgo químico para la lactancia materna

Industria

-Química derivados del petróleo y plásticos: Benceno, compuestos orgánicos volátiles, metales pesados, pigmentos cromados, derivados del petróleo y la industria del plástico, alcohol isopropílico, tintes, éter bis(clorometílico), aminas aromáticas, etc.

-Agrícola, jardinería o granjeros: Pesticidas, herbicidas, derivados arsenicales...

-Automóvil: Solventes, cadmio, polibromados...

-Metal: Producción aluminio (HPA, alquitrán); fundiciones de cobre (arsenicales) y plomo; producción y baños de cromo (cromo VI); fundición de acero y hierro; refinado de níquel (compuestos de níquel); decapado químico (lluvia ácida con ácido sulfúrico); fábricas y refinado de cadmio, baterías Ni-Cd, fábricas de pigmentos de cadmio, galvanizados, fundiciones de cinc, PVC compounding (cadmio y compuestos); fábricas de berilio y productos del berilio (berilio y derivados).

Minería

Metales pesados, uranio, etc.

Sanitario

Derivados nitrosos, antineoplásicos, óxido de etileno, compuestos orgánicos volátiles (formaldehído), etc.

Peluquería y/o estética

Tintes y anilinas, nitroderivados aromáticos, etc.

Calzado/pieles/cuero

Disolventes, colas, pegamentos (compuestos orgánicos volátiles), metales pesados, mercurio, tintes (anilinas de benceno, 2-naftilamina, 4-aminobifenil), benceno.

Transporte

Partículas diésel o hidrocarburos policíclicos aromáticos.