Investigadores del grupo de Metabolismo Molecular del CiMUS, de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), y del CIBER de Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) han descubierto una nueva diana implicada en el desarrollo de la enfermedad de hígado graso no alcohólico para la que, por el momento, no existe tratamiento.

Se trata de la proteína ATG3, que está presente en niveles altos en el hígado de pacientes con esta patología, y que, al inhibirla, mejora el metabolismo de la grasa incrementando la función mitocondrial a la vez que disminuye el acúmulo de grasa y el daño en este órgano.

Diversos estudios han demostrado que esta enfermedad la sufren una de cada cuatro personas en el mundo a día de hoy, lo que supone casi dos mil millones de afectados. En las fases iniciales esta enfermedad comienza con la acumulación de grasa en el hígado (con un 5% de grasa es suficiente para clasificar el hígado como graso), pudiendo progresar a enfermedades más graves, incluyendo esteatohepatitis no alcohólica, cirrosis y cáncer. El aumento de la prevalencia del hígado graso no alcohólico tanto en países desarrollados como en subdesarrollados ha hecho que se convierta en la causa más común de trasplantes de hígado.

Para la realización de este estudio, publicado en la revista científica 'Journal of Hepatology', se utilizó una cohorte de 117 pacientes humanos, 85 con diferentes estadios de la enfermedad hígado graso y 32 pacientes con hígado sano.

"El uso de muestras humanas de hasta 117 pacientes es un punto fuerte del trabajo porque ayuda a verificar que nuestro descubrimiento en modelos preclínicos tiene validez y potencialmente puede ser aplicable a seres humanos, y, además, supone un tremendo esfuerzo de coordinación por parte de especialistas de tres hospitales nacionales: Hospital Universitario Santa Cristina (Madrid), Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander) y Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla)", explican los investigadores del CiMUS implicados en este trabajo.

Los resultados mostraron que los pacientes con hígado graso no alcohólico tienen niveles elevados de ATG3 en el hígado, una proteína que hasta ahora era conocida por su papel en autofagia, un proceso por el que la célula destruye material celular inservible. Lo mismo fue observado en hígado de ratones alimentados con dieta alta en grasa, así como en células humanas hepáticas.

"Se ha conseguido demostrar un mecanismo de reversión del acúmulo de grasa en el hígado, convirtiendo ATG3 en una posible diana terapéutica contra el hígado graso no alcohólico", señalan los principales autores de la investigación, Natália Lima, Marcos Fernandez Fondevila y Eva Nóvoa. Esto ocurre porque la inhibición del ATG3 provoca el aumento de Sirtuina 1 (SIRT1) y Carnitina Palmitoiltransferasa 1 a (CPT1a), dos proteínas involucradas en la función mitocondrial.

Esta investigación es fruto del trabajo de los investigadores Natália da Silva Lima, Marcos Fernandez Fondevila y Eva Nóvoa Deaño del grupo Metabolismo Molecular del CiMUS, coordinado por el doctor Rubén Nogueiras Pozo y en la que han participado equipos de investigación del CiMUS (Dr. Miguel López y Dr. Carlos Diéguez), así como grupos de la Universidad del País Vasco, CIC bioGUNE (Bilbao), del Instituto Genómico Europeo para la Diabetes (Francia), CNIC (Madrid), Universidad de Coimbra (Portugal), Universidad de Lübeck (Alemania), Hospital Universitario Santa Cristina (Madrid), del Instituto de Investigación Biomédica August Pi iSunyer (Barcelona), así como del CIBEREHD y CIBERDEM.