Si has tenido un despiste al poner la lavadora y tus prendas blancas se han teñido de un tono rosáceo, no desesperes. Es posible devolver su color original gracias a un producto que todos tenemos en casa. La clave esta en elaborar una sencilla mezcla que te traerá de vuelta el tono blanco.

Lo primero que debes hacer es llenar una cubeta con abundante agua tibia y verter una taza de vinagre blanco con una cucharada de detergente, en líquido o en polvo, para ropa blanca. 

Una vez que tengamos la solución preparada, removemos con la mano el agua hasta que aparezca algo de espuma, y después sumergimos las prendas desteñidas en ella. Si se trata de una prenda delicada, bastará con dejarla una hora más o menos. En caso contrario, podremos dejar que la solución actúe durante toda la noche.

Cuando haya transcurrido el tiempo recomendado, retiramos el exceso de humedad de la prenda y la volvemos a lavar en un programa habitual de 60 grados. Presta atención a las etiquetas de las prendas. Si en ellas no se aconseja esta temperatura, bastará con lavarla en aquella que lo permita.

La clave de este truco está en el vinagre blanco, que cuenta con unas propiedades naturales muy efectivas, como el ácido acético, que consiguen eliminar las manchas rosadas de la ropa blanca. El ácido acético actúa como un práctico blanqueador que, además de recuperar el blanco deseado, también respetará el tejido de la prenda y no terminará dañada.

Siguiendo estos sencillos pasos, deberán desaparecer las manchas rosadas cuando las prendas se sequen. Si no es así, habría que repetir el proceso en varias ocasiones hasta eliminar el desteñido por completo.