Descansar bien se ha convertido en un pilar básico para nuestra salud. Una buena cama, con su correspondiente colchón y su almohada son fundamentales para el éxito del reposo, pero también lo es el hecho de sentirse recogido durante el sueño, a modo de regazo materno.

Para esta función, nace el cabecero con la misión de prevenir el roce de la cabeza con la pared y evitar que las almohadas y cobijas se metan entre el muro y la cama. Y además de su practicidad, el cabecero adorna la cama, embellece la habitación y encuadra los sueños.

He aquí, unos cuantos ejemplos de la variedad en modas, formas y colores de estos cabeceros. Existen para todos los bolsillos, personalidades y medidas, sólo es cuestión, de pensar cuál queremos.

Fotos de portobellostreet, ikea, La Oca

Ideas para cabeceros económicos

La crisis económica, no tiene que ser un impedimento para no tener un cabecero, ya que con imaginación y maña se pueden conseguir resultados muy dignos y lo más importante, muy personales.

Un biombo antiguo, una verja de jardín, una puerta en desuso… son piezas que, tras lijarlas y pintarlas con los colores deseados y darles un nuevo aspecto, cumplirán con la nueva función de resguardar los sueños.

Si lo deseamos, y no queremos usar el taladro, podemos recurrir a las fotografías o vinilos para que la pared de nuestra cama tenga un toque especial y capte la atención a la hora de entrar en el dormitorio.

Cualquier objeto que desees puede transformarse en cabecero. En decoración, todas las ideas son válidas si se hacen con entusiasmo e imaginación.