Una de las mejores cosas de las vacaciones de Navidad, sobre todo en Estados Unidos, es conducir por un barrio residencial y deleitarse con las magníficas luces de colores que decoran las fachadas, los jardines y los tejados de las casas unifamiliares.

Lo cierto es que no todas las luces de Navidad son iguales, a veces resultan excesivamente barrocas u otras casas optan por decoraciones mucho más escasas... Pero en general, el sentimiento navideño impulsa grandes obras casi arquitectónicas en muchísimas fachadas para dotar el hogar de un aura mágica en estas fiestas.

No sólo sirven las luces de colores o las intermitentes que siluetean y cambian el aspecto de la vivienda. Los animales del polo norte como los renos, los osos polares o los pingüinos ocupan su espacio en los jardines o tejados, saludando a todos los viandantes. Toman presencia mediante muñecos hinchables o de plástico duro que resisten a las inclemencias del tiempo. Desde luego, tampoco falta la figura clave de la Navidad, Papá Noel o Santa Claus, en función del país en el que se encuentre y su séquito de elfos. En todo este jolgorio de adornos navideños también hay sitio para carteles, que felicitan las fiestas de paz y armonía, la estrella de oriente, el muérdago en la puerta€

¿Y qué hay más decorativo en Navidad que la propia nieve? En algunos sitios en los que el 25 de diciembre está completamente alejado del frío y las estaciones de esquí, y más bien gozan de un día de temperaturas altas y sol, no abandonan la típica estampa de postal y pagan fortunas para decorar el exterior de su casa con algún material que simule la nieve.

Todo vale en el concurso de ser la casa mejor decorada del barrio. En EEUU, si se goza de un presupuesto elevado, elevadas escaleras o un equipo de profesionales que se dedican a la decoración de exteriores€ ser la vivienda más vistosa y más navideña de la zona, es un puro trámite.