En otoño, las plantas de hoja caduca cambian el color, pasando del verde al amarillo, al marrón y al rojo en algunas especies. Las plantas que han florecido durante el verano ahora dan color con sus frutos maduros y las de floración invernal empiezan a dar los primeros destellos de color.

Es una época de preparación para el letargo invernal. Hay que reducir los riegos, recoger las hojas caídas sobre el césped para que aproveche al máximo las horas de sol, recortar los setos, limpiar los parterres y entrecavar la tierra para facilitar la absorción del agua y la aireación de las raíces. Plantaremos las de flor de temporada y las bulbosas -las más habituales son narcisos, tulipanes, crocus y jacintos- para que florezcan en primavera. Es importante recordar que todavía no es época de poda. Aunque algunas especies pierden sus hojas, aún siguen en ciclo vegetativo que no parará hasta bien entrado el invierno.

Conviene, además, combatir los últimos vestigios de plagas y enfermedades, recogiendo los frutos y las hojas caídas para evitar infecciones e impedir que algunos insectos las utilicen para invernar y sobrevivir hasta la primavera. En algunas especies, como los rosales y frutales, aún pueden aparecer hongos como el oídio, el mildiu o la mancha negra, típicas de épocas con alta humedad y temperaturas suaves.

Para combatir los caracoles y babosas, muy activos en esta época, conviene colocar durante la noche cebos granulados convenientemente protegidos del riego o de la humedad.