Se acercan las vacaciones de verano y la mayoría de hogares se vacían, cuando sus miembros se escapan en busca de esos merecidos días de descanso. Es habitual que en casa contemos con diversas plantas para alegrar nuestras estancias. Con la llegada de las vacaciones suele plantearse el dilema de qué hacer con ellas durante nuestra ausencia. Lo más normal es pedirle a algún familiar o amigo que se acerque algún día a regarlas, pero si no dispones de nadie que te haga este favor no te preocupes. Existen una serie de consejos y trucos para que tus plantas sobrevivan.

Realiza una serie de tareas de preparación y acondicionamiento en los días previos a tus vacaciones y a la vuelta de las mismas notarás la recompensa al comprobar que tus plantas siguen vivas.

Poda y sanea tus plantas antes de irte de vacaciones

La preparación es fundamental para asegurar unos buenos resultados posteriores. En el caso de las plantas no podía ser menos. Por eso, antes de irte de vacaciones dedícales un poco de tiempo. Pódalas, sanéalas todo lo que puedes e, incluso, si es necesario cámbiales la tierra. Déjalas como nuevas y a la vuelta de tus vacaciones lo agradecerás. Con estos cuidados te asegurarás que aguanten mejor tu ausencia.

Pon tus plantas lejos del sol directo

En verano el sol aprieta con fuerza y puede llegar a quemar nuestras plantas. De ahí que sea fundamental que al irnos de vacaciones evitemos dejar las plantas en un sitio en el que el sol les dé directamente. Busca un lugar en el que te asegures que tus plantas van a tener una buena iluminación, pero huyendo del calor asfixiante.

Coloca todas tus plantas juntas

Otro truco muy recomendable para que tus plantas sobrevivan a las vacaciones es agruparlas todas en el mismo sitio. De esta manera, propiciarás un ambiente húmedo en el que el aire que respiren sea más saludable para las mismas.

Una botella de plástico agujereada

Rellena una botella de plástico de agua y realiza varios agujeros en su tapón. Dale la vuelta a la botella e introdúcela entre la tierra de tu maceta. De esta manera, la tierra servirá de tapón para los agujeros, por los que el agua se irá escapando poco a poco. Ten en cuenta el tamaño de tu maceta para elegir la botella adecuada.

Recipiente con agua y cordones de algodón

Llena un recipiente grande con agua e introduce en el mismo cordones de algodón, tantos como macetas tengas que regar. Coloca dicho recipiente en un lugar algo más alto que tus macetas e introduce en el mismo una de las puntas de los cordones de algodón. El otro extremo de los cordones tendrá que ser enterrado en la tierra de cada una de tus plantas. Con este sistema, el agua irá pasando a través de los cordones desde el recipiente hasta las macetas.