El polvo es uno de los grandes enemigos de la limpieza del hogar. Además de la suciedad que general, puede ser también un foco de problemas para nuestra salud, especialmente por la presencia de microorganismos y otros elementos patógenos, como los ácaros del polvo, y por ser una fuente de alergias.

Por este motivo, resulta fundamental mantener el hogar limpio, aunque no siempre resulta sencillo. Las prisas y la falta de tiempo provocan que no siempre dediquemos a la limpieza de nuestra casa el tiempo que sería conveniente dedicarle.

En el caso del polvo, no obstante, podemos seguir una serie de consejos para librarnos de él durante más tiempo.

Limpia tu casa de forma regular

En la medida de lo posible, realiza las tareas domésticas de limpieza de forma regular. Piensa que hacer una limpieza a fondo es mucho más costoso que limpiar periódicamente.

Utiliza suavizante para ropa

Si preparamos una solución especial con cuatro partes de agua y una parte de suavizante y la pulverizamos sobre un paño limpio, podremos eliminar el polvo de nuestros muebles.

¡Cuidado con las mantas, cortinas y cojines!

Probablemente te parezca que están limpios, pero estos elementos de nuestro hogar son un foco de suciedad y, además, son el sitio preferido por los ácaros para anidar. Para deshacerse de ellas, conviene lavar y cambiar cada semana la ropa de las camas y las fundas de las almohadas y cojines. Mientras que las cortinas las puedes lavar cada mes.

Ventila solo durante 5 minutos

Gran parte del polvo que se acumula en nuestra casa procede de la calle. Por ello, para ventilar la casa procura no dejar abierta las ventanas durante más de 5 minutos. Además, es conveniente ventilar habitación por habitación en lugar d poner en corriente toda la casa en el mismo momento. Lógicamente, si vas a limpiar la casa, deberás ventilar las habitaciones antes de iniciar la limpieza.

La aspiradora, una vez a la semana

Es una tarea tediosa y a la mayoría nos da pereza, pero es también el método más efectivo para librarnos del polvo. Por ello, es conveniente pasar la aspiradora al menos una vez a la semana. Para el día a día es suficiente con barrer o pasar una mopa para recoger las pequeñas partículas de polvo.

Limpiar de arriba a abajo

Acostúmbrate a limpiar el polvo de las superficies elevadas antes de hacerlo en las zonas bajas. Si lo haces al revés, el polvo caerá sobre las partes ya limpias y tendrás que volver a repetir el trabajo.

Quítate los zapatos

Nuestros zapatos son un foco de suciedad importante, por lo que antes de entrar en casa asegúrate de limpiártelos bien en el felpudo. Todavía una mejor opción es que te descalces y te pongas las zapatillas de casa. Y no olvides limpiar con la aspiradora el felpudo cada quince días y sacudirlo al menos una vez por semana.

Evita el plumero

Este clásico elemento no es el más adecuado para limpiar el polvo, ya que lo que hace es moverlo de un lado a otro, pero no atraparlo. Lo ideal es que sustituyas el plumero por los trapos de microfibra.

Controla la humedad

Si mantienes tu hogar en un nivel de humedad de entre el 40% y el 50%, notarás como las cantidades de polvo acumuladas son mucho menores.

No abuses de los pequeños objetos

No es conveniente llenar tu casa de pequeños objetos. Estos elementos con los que algunas personas llenan completamente baldas, estanterías y repisas son un foco de atracción del polvo y, además, provocan que la limpieza del polvo se convierta en un proceso eterno. Si aun así quieres tener una colección de objetos pequeños o trastes, guárdalos en un mueble con puertas de vidrio.