La llegada del frío ha agudizado las necesidades de calefacción de miles de familias españolas. Además, el último incremento de la factura eléctrica también ha hecho que muchos se cuestionen cuál es el sistema de calefacción más económico. No es una cuestión sencilla, puesto que depende de muchos factores variables, como el precio del KWh generado, y otros que van en función de las circunstancias de cada hogar: el espacio, el aislamiento de la vivienda e incluso la ubicación de ésta.

Estufas de pellets

Son un tipo de combustible obtenido a partir de madera y desechos de la limpieza de los montes, como ramas y hojarasca, que se tritura y se compacta para usarlo posteriormente en sistemas de calefacción eléctricos. Los pellets se consideran biomasa porque se obtienen de la naturaleza y son limpios, económicos y ecológicos. Las estufas de pellets están cada vez más extendidas, en especial en chalés y apartamentos de última construcción. Si se compran los pellets en grandes cantidades, el coste desciende, aunque implican un mantenimiento de carga y limpieza.

Estas estufas suelen estar, en su mayoría, por encima de los 1.000 euros. Pero Leroy Merlin cuenta con una de 795 euros que se ha convertido en una de las mejores valoradas por los clientes. Se trata de una estufa de pellets fabricada en acero pintado con acabado en color rojo burdeos. Con una potencia de 8,24 kW, cubre una superficie de calefacción de hasta 80 m². Tiene un rendimiento del 92,7% y una autonomía de funcionamiento de 7,18-22,41 horas.

El precio de una estufa de pelltes oscila entre los 500 euros y más de 2.000, en función del tipo, autonomía, consumo, etc.

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), "estas estufas están pensadas para calentar un cuarto amplio -de hasta 60 o 70 m2- o servir de apoyo a un sistema de calefacción ya existente. Como precisan de una salida de humos, son muy socorridas en casas unifamiliares o de pueblo, con un salón espacioso y facilidad para instalar el tiro de la estufa. También existen modelos canalizables que permiten calentar más de una habitación con una sola estufa. Mediante conductos flexibles y de diámetro reducido, distribuyen el calor a otras estancias en cuya pared se ponen unas boquillas a propósito. Es imprescindible conectar la estufa a una chimenea para expulsar los gases de combustión. El diámetro mínimo de la chimenea es de 8 cm. Por normativa, esta chimenea debe salir por encima de la cubierta del edificio, lo que supone que en el caso de ponerlas en las comunidades de vecinos es necesario pedir permiso. Por otro lado, esa combustión requiere oxígeno y, aunque no es indispensable, una conexión directa al exterior resulta muy aconsejable. En su defecto, conviene que el salón esté mínimamente ventilado.

Suponen un avance con respecto a los troncos de madera de siempre, porque suelen provenir de plantaciones sostenibles y se fabrican con serrín procedente de desechos de podas o aserraderos, o con biomasa de bosques gestionados de manera sostenible, por lo que pueden considerarse una fuente renovable de energía.

Además resulta más fácil su almacenamiento (en un lugar libre de humedad) y manipulación.

Debido a un procesado exigente, el pellet no es la más económica de las biomasas, pero su poder calorífico (la cantidad de energía que se libera con la combustión) es muy alto (4.700 kcal/kg) y compensa su precio (unos 3,8 € el saco de 15 kilos).

También hay quien utiliza huesos de aceituna, que son más baratos (2,3 € por 15 kilos), pero tienen algo menos de poder calórico (4.400 kcal/kg), generan más ceniza y su disponibilidad puede variar según la cosecha anual. Para quemar huesos son preferibles estufas “policombustibles” que los admitan como tales. Las de pellets están certificadas para pellets.

Cuánto consumen las estufas

El consumo medio de estas estufas es de 2 kg/h de pellets, lo que significa que va a necesitar unos 100 sacos por invierno y un espacio generoso para almacenarlos si no quiere comprarlos cada dos por tres.

El depósito de las estufas solo puede contener entre 12 kg el más pequeño y 28,5 kg, que le dan para unas 10 horas de funcionamiento continuo, esto es, un par de días en el mejor de los casos. Aunque puede que lo más incómodo sea eliminar semanalmente las cenizas que se acumulan en la cámara. La cantidad depende, al menos en parte, de la calidad de los pellets empleados, pero también de cómo sea la estufa".