El truco perfecto para que el rallador de queso quede como nuevo

El rallador de queso suele ser el utensilio de la cocina que mayores dificultades ofrece para su limpieza. Sin embargo, con este truco quedará como nuevo

El truco perfecto para que el rallador de queso quede como nuevo

El truco perfecto para que el rallador de queso quede como nuevo

Laia Zárate

Todos en casa disponemos de un rallador de queso al que le damos bastante uso. Pizzas, pasta o tortillas son recetas elaboradas en casa cuyo ingrediente principal puede ser un buen queso. En algunos casos se necesita rallarlo, así que nada mejor que hacerlo en el mismo momento, la diferencia es abismal en cuanto a sabor y textura. Y, para ello, es imprescindible el uso del rallador.

Sin embargo, este artilugio, especialmente cómodo y práctico, tiene un inconveniente: su limpieza. Raro es el rallador de queso que haya quedado totalmente limpio y sin ningún resto de queso. Por mínimo que parezca. Sin embargo, hemos encontrado unos trucos con los que vamos a conseguir dejarlo tan pulcro y brillante que parece recién salido de la tienda. ¿Quieres conocerlos?

Cómo limpiar el rallador de queso paso a paso

1. Limpiar de inmediato

Lo primero que tenemos que tener en cuenta, una vez usado el rallador de queso, es no dejarlo olvidado en el fregadero mientras disfrutamos de la comida. Esto significa que el queso que haya quedado adherido se seque, creándose una costra que después será más difícil de eliminar.

Lo mejor es aprovechar que se está cociendo la pizza, o se están acabando de cocer los macarrones, y limpiarlo de inmediato. Sin embargo, si en ese momento es imposible, un buen truco es sumergirlo en agua caliente, para que así vaya desprendiendo todas las partículas.

2. No usar esponjas

Para limpiar bien el rallador de queso, es mejor olvidarse de las tradicionales esponjas y estropajos que suelen dejar restos de fibras enganchados en los orificios. Lo mejor es emplear un cepillo de dientes. Gracias a sus cerdas firmes y delgadas, van a entrar por los pequeños agujeros para dejarlos totalmente limpios. Si al mismo tiempo utilizas agua caliente, mucho mejor.

3. Pan duro

Podría ser que no tuvieras ningún cepillo de dientes a mano que puedas emplear para la limpieza, tampoco lo has limpiado antes ni sumergido en agua caliente, por lo que te encuentras con unos tropezones de queso importantes, imposibles de eliminar. Un truco es rallar pan duro. Los trozos del pan harán presión haciendo que los restos de queso se desprendan con facilidad, incluso aunque estén resecos.

Con estos sencillos trucos ya no tienes excusa para conseguir unas recetas deliciosas con el queso recién rallado. ¿Te animas a probarlos?