Encender y apagar la calefacción o dejarla encendida al mínimo, ¿qué es mejor?

Esta duda para ahorrar en la factura es muy habitual en invierno

Encender y apagar la calefacción o dejarla encendida al mínimo, ¿qué es mejor?

Encender y apagar la calefacción o dejarla encendida al mínimo, ¿qué es mejor?

Paula Marco

Con la llegada del invierno y las bajas temperaturas, vuelve a surgir en los hogares una duda muy habitual en esta época del año: ¿es mejor apagar y encender la calefacción, o dejarla encendida a una temperatura mínima? Una de estas dos opciones es la más idónea si queremos ahorrar en la factura, y los expertos tienen la respuesta.

Está más que comprobado que es mejor apagar la calefacción cuando no se necesita, por ejemplo, cuando no estamos en casa, o durante la noche, mientras dormimos. Estando en la cama, cubiertos de sábanas y con la manta o el nórdico, la propia temperatura del cuerpo baja y es más fácil conseguir el confort térmico.

Por la mañana o cuando volvamos nuevamente a casa, la temperatura habrá bajado y será necesario encender de nuevo la calefacción, pero el ahorro conseguido habrá compensado el gasto extra que supone dejar la calefacción al mínimo.

En ese sentido, la ciencia indica que son necesarios 18 grados para mantener el confort térmico de una vivienda, y que cualquier incremento de esta temperatura puede suponer un gasto adicional del 7% por cada grado.

Contar con un termostato en nuestro hogar puede ser de gran ayuda. Además de controlar la temperatura, nos ayuda a conseguir una mayor eficiencia energética. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el uso de este aparato puede suponer un ahorro cercano a un 10% y evita olvidos de apagar y encender la calefacción, ya que funciona automáticamente.

Más trucos para mantener el calor en casa

Más allá de la calefacción, hay otros trucos para mantener el calor en una vivienda. El más básico es bajar las persianas cuando anochezca, para que actúen como un aislante adicional y el ambiente cálido en el interior de la vivienda dure más tiempo. En cambio, durante el día, es recomendable mantener las persianas y cortinas abiertas para aprovechar mejor el calor exterior.

Otro truco es ventilar los espacios con moderación, controlando el tiempo que se mantienen las ventanas abiertas para que el calor no se escape. Aunque sin duda, una de las medidas más eficaces para ahorrar en calefacción es mejorar el aislamiento de puertas y ventanas, lo que permitirá evitar fugas de calor.

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