El grupo coruñés Triángulo de Amor Bizarro actuará hoy en la madrileña sala But en un concierto que supondrá "el último de una etapa" y servirá de presentación en España de su nuevo trabajo, Salve Discordia, con "un concierto a fuego", según explicó ayer el líder de la banda, Rodrigo Caamaño. Precisamente, una de las nuevas canciones que sonará será Desmadre estigio, el single elegido para esta nueva etapa y que Caamaño reconoció que tiene "menos inmediatez" que otros anteriores. "Pero la inmediatez no creo que sea algo tan importante como para tomarla en cuenta. No sé, Melendi o Malú son cosas increíblemente inmediatas para muchos y para mí son tan digeribles como una tortilla de tornillos", aseveró.

En este sentido, el cantante gallego recordó cómo otros singles de anteriores discos, como De la monarquía a la criptocracia, "no entraron tan de primeras como puede parecer". "Con esta canción, por ejemplo, un canal de videoclips se negó a ponerla porque era muy ruidosa y rompía los televisores", señaló.

Para este concierto en Madrid, Triángulo de Amor Bizarro interpretará tanto canciones antiguas como nuevas, cerca de una veintena en total, tal y como ha avanzado Caamaño. El cantante del grupo gallego asegura además que algunas de sus canciones anteriores las tocarán "por última vez en bastante tiempo", coincidiendo con una nueva etapa.

Triángulo de Amor Bizarro ya ha adelantado alguna de sus canciones en otros conciertos durante este año, pero Madrid será la segunda ciudad en la que suenen tras la grabación de Salve Discordia (la primera fue en Edimburgo recientemente).

Sobre su nuevo trabajo, Caamaño explicó que su intención es la de "volver a construir el sonido del grupo desde el principio", con aportaciones que no estaban en anteriores álbumes. "Siempre que empezamos un disco comenzamos de cero, contando con que lo que antes eran referentes disco tras disco está lo suficientemente procesado como para ser parte de nuestro estilo, y a partir de ahí componemos hacia lo desconocido", añadió.

De nuevo, vuelven al cripticismo en títulos como Baila Sumeria, O Salve Eris o la propia Desmadre estigio, una apuesta por "completar, confundir o darle sentido" a la canción. "Es tan parte de la canción como un arreglo o una estrofa. Luego, el proceso de composición suele ser un caos, ensayamos mucho y probamos muchas cosas diferentes hasta que nos topamos con algo que pensamos que puede valer", reconoció.

El grupo entiende que este disco le sirve para alejarse de la etiqueta indie, un estilo que considera "un error de los tiempos actuales". "A mí me siguen gustando My Bloody Valentine, Sonic Youth, J&M Chain, Big Black, Dinosaur Jr, Pixies y demás grupos asociados con el movimiento, que musicalmente no tienen nada que ver con los grupos que en teoría lideran ahora ese boom", aseveró.

Por último, preguntado por las reivindicaciones del sector musical de cara a las elecciones, el cantante lamentó que no se les haga "ni caso" a pesar de los esfuerzos por "fijar una posición común en temas básicos" como el IVA. "Pero si no escuchan a los maestros para reformar la educación, ¿cómo nos van a escuchar a nosotros?", concluyó.