"Los jóvenes se enfrentan a problemas que no podemos ni imaginar", manifestó ayer el actor Tom Hanks con motivo de la presentación mundial en Florencia de Inferno, la tercera adaptación al cine que realiza el cineasta Ron Howard de una novela del superventas Dan Brown, que llega a los cines el próximo 14 de octubre.

En esta ocasión, Hanks se mete de nuevo en la piel de Robert Langdom, un catedrático que trata de averiguar qué le ha ocurrido cuando un día se despierta con amnesia en un hospital, donde le atiende la doctora Sienna Brooks (Felicity Jones), quien le ayudará a recobrar la memoria y evitar la propagación de un virus que amenaza a la mitad de la población del planeta.

Tal y como señaló el actor, la gente menor de 35 años no vive en el "mismo mundo" que el resto de los ciudadanos, puesto que "se enfrentan a problemas muy diferentes", tales como la vivienda, y cree que no hay que juzgar las decisiones que toman.

En este sentido, puso como ejemplo que cuando él tenía 21 años se mudó a Nueva York con su mujer y su hijo, ahorró todo su dinero y alquiló un apartamento que costaba 286 dólares al mes. "El mismo apartamento hoy cuesta 2.100 dólares", dice.