Con el aforo completo, 10.000 personas según Universal Music, aires de gran acontecimiento social y gritos de "Isabel, Isabel", el calvario social de Isabel Pantoja pareció quedar finiquitado el pasado sábado en su reaparición en los escenarios y ella restituida a los altares en un concierto en Madrid en el que se vació. "Os quiero un montón, más de lo que podéis imaginar", señaló en un breve discurso en el que dio las gracias "a todos los que han podido venir" tras "este compás de espera", entre ellos a su familia, que la arropó "al completo" en la velada, a su equipo y a su discográfica, "porque gracias a ellos Isabel Pantoja ha podido subir a este escenario".

El de Madrid fue el primero de los conciertos de su gira, en el multitudinario WiZink Center, más expuesta que ante el selecto público que llenó en noviembre el recoleto Teatro Real Carlos III de Aranjuez en la breve presentación del disco que la ha devuelto a la acción, Hasta que se apague el sol.

Al antiguo Palacio de Deportes de Madrid llegó cinco años después de que pisara por última vez este recinto, en la que fue también su última actuación en la capital, cuando su popularidad discurría libre de comentarios reprobatorios por su posterior currículo carcelario, al permitir el blanqueo de los beneficios ilícitos obtenidos por su expareja Julián Muñoz. Su única aparición en un medio -El Hormiguero de Antena 3- registró hace dos semanas una audiencia de 4,8 millones de personas.