No hay Óscar sin alfombra roja, ni alfombra roja sin magia, escenario en el que las estrellas del cine esgrimen sus mejores armas estilísticas y que ayer condujo al Olimpo de la elegancia a Emma Stone con un modelo dorado que quedó grabado en la retina de los espectadores.

Los nominados e invitados de la 89 edición de los Óscar fueron conscientes de que esta prestigiosa alfombra exige poderío y brillo, que no es apta para ropa descafeinada o aburrida, y así con la lección bien aprendida llegó al Teatro Dolby, de Hollywood Emma Stone, vestida con un Givenchy dorado, el color de la noche. Impecable y delicada, la ganadora a mejor actriz por La La Land sorprendió con un vestido dorado de tirantes. La parte superior con bordados y la parte de abajo con flecos en degrade, una pieza sofisticada que realzaba su figura.

Otra de las mejor vestidas fue Isabelle Huppert, nominada a la mejor actriz por Elle, quien acudió a la ceremonia con un sofisticado vestido plateado cuajado de pedrería de cuello a la caja y manga larga, de Armani. Entre las primeras en llegar a la gala estuvo Ruth Negga, nominada a la mejor actriz por Loving quien lució un fabuloso vestido con cola, de manga larga y cuello de encaje con reminiscencias isabelinas firmado por Valentino, un modelo rojo que conjuntaba con tiara y pendientes granates. El berbellón fue el tono elegido por Viola Davis, nominada a mejor actriz de reparto por Fences, quien llegó con un modelo sencillo de seda de Armani, una verdadera delicia que centraba la atención en pecho y hombros, un diseño que, además de modelar la figura, le restaba años.

Dorada como una estatuilla llegó Jessica Biel con un modelo de Kaufman Franco y collar de brillantes de Tiffany, un estilismo que le aupó como una de las sexis y elegantes. Felicity Jones lució un delicado vestido tipo bailarina de tirantes, en dorado empolvado, un diseño de Dior con largo midi que le permitía lucir sandalias también doradas. A este tono también se sumó Michelle Williams, quien apareció en la alfombra con un modelo bicolor en dorado y negro de tirantes. Un dorado metalizado fue el color escogido por Charlize Theron, un vestido plisado con escote en uve de Dior, una apuesta que no le favorecía demasiado.

Con una fórmula que resulta manida, Nicole Kidman apareció en el teatro con un modelo ajustado bordado con pedrería de Armani, sencillamente correcta. Ajena a las tendencias, Octavia Spencer acudió a la gala con un modelo gris perla con cuerpo drapeado y falda de plumas de Marchesa que aunque le otorgaban mayor volumen, resultó elegante.

De dorado se pasó al negro, color que utilizó Alicia Vikander con un vestido de volantes de aire español de Louise Vuitton y Brie Larson en un modelo de terciopelo con cola de Óscar de la Renta. Karlie Kloss, cuñada de Ivanka Trump, acudió con un sencillo diseño de StellaMcCartney que aderezó con una fabulosa gargantilla de platino y brillantes. Y una de las más esperadas de la noche, tras su rifirrafe con Chanel, Meryl Streep apareció con un vestido-pantalón azul noche con pedrería y escote barco, diseño sobre el que no quiso revelar su firma.

Detrás de los vestidos que lucieron las estrellas de Hoollywood hay un diseñador, y también una estilista, una mano amiga que aconseja qué sienta bien, pero que no siempre acierta. Prueba de ello fue el modelo negro de Kirsten Dunst, así como el de Scarlett Johansson o el elegido por Janelle Monae. Tampoco estuvieron acertadas Dakota Johnson, con un modelo dorado de halo vintange de Gucci y Halle Berry con un Versace dorado y negro, un modelo que lució con un pelo tipo afro, nada favorecedor.