Jim Carrey alternó ayer en Venecia sus habituales bromas e imitaciones con un poco conocido lado filosófico al reconocer que está en una "fase espiritual" de su vida y reflexionar sobre lo que somos: "creo que hay un personaje que ha estado interpretándome toda mi vida, en realidad no soy yo".

"No somos un yo, es una energía, un puñado de ideas sobre herencia y nacionalidad, sobre todas esas cosas que se supone que son un ancla para la existencia (...) pero en realidad no existes, solo eres ideas", señaló. Con esas ideas se crea "una especie de personalidad" y la fantasía de que se está vivo. "Pero al final no eres nada y es un jodido alivio", agregó el actor.

Un contraste con la imagen gamberra que salió en algunos momentos de la rueda de prensa pero, sobre todo, en el trabajo que realizó en 1999 para Man on the Moon, donde interpretó al cómico Andy Kaufman y a su alter ego, Tony Clifton, y que se puede ver en un documental que muestra aquel rodaje, presentado ayer fuera de competición en la Mostra de Venecia.

Imágenes inéditas que guardó Universal junto con una larga entrevista a Carrey forman un interesante documento que ahonda en la carrera del actor canadiense y muestra un lado mucho más sensato de él de lo que dejan ver sus alocadas películas.