A Loles León (Barcelona, 1950) no hay quien la pare. La ex chica Almodóvar no pierde ni un ápice de poderío, de fuerza ni de gracia ni de frescura con el paso de los años, y si ve que los kilos se le desmadran entonces ella se pone a dieta y se mete en cintura para "que la ropa me siente bien y estar otra vez así de divina". Porque Loles León tiene la capacidad de actuar y tomar las riendas cuando se ve al límite, cuando la cosa se desmadra. Ahora ha vuelto a una de las series más vistas de la televisión, La que se avecina, convertida en una menopáusica desinhibida con ganas de sexo, de vivir. Es Menchu, la vecina descarada de Montepinar que reclama que hay vida después de que la menstruación se vaya. Un papel donde Loles ofrece la mejor versión de sí misma.

-¿Nunca es tarde para lanzarse a vivir, como dice Menchu, su personaje en la serie?

-Claro que sí, nunca es tarde. Esto es algo que yo reivindico siempre y no solo como Menchu también como Loles León. Es importante que todas esas mujeres que ya no aguanten al marido y que todavía tengan ganas e ilusión se líen la manta a la cabeza y digan: "Venga, a vivir, que hoy estamos aquí y hay que disfrutar de la vida". Es muy importante aprender a quitarse todo de encima y decir: "Venga, sí que quiero".

-¿Qué le dicen las mujeres de la calle cuando se la cruzan?

-Ay, es maravilloso, estoy muy agradecida. Me dicen: "¡Quiero ser como tú!". Y yo les digo: "Cómo yo no, cómo Menchu". Pero es genial, si mi papel como Menchu sirve para animar a que las mujeres sean valientes para luchar por su felicidad me parece algo maravilloso.

-¿Qué tiene una serie para aguantar tantos años en pantalla y seguir enganchando al público?

-El secreto creo que recae en que todos los habitantes de Montepinar son como la vida misma, hay vecinos con todo el punto loco que nos encontramos en nuestros vecinos, en la gente de la calle. Pienso que cada espectador se siente identificado con alguno de los personajes y ahí está la gracia. Aunque no te creas, que la realidad siempre superar la ficción.

-Vemos a Menchu muy activa sexualmente en plena menopausia. ¿Hay que reivindicar esto en nuestra sociedad?

-Yo creo que sí, y como Loles León también lo reivindico. Yo creo que los creadores de la serie han puesto el personaje de Menchu para mandar un mensaje a la sociedad, a todas esas mujeres que se han atrevido a tirar para adelante, a divorciarse cuando ya no aguantaban más a su marido y a ponerse el mundo por sombrero y que ahora están felices. Yo me siento muy halagada y muy cómoda en el personaje de Menchu porque creo que hay que beberse la vida y aunque llegue la menopausia, las mujeres estamos en ese momento de tirar para adelante y también es un momento maravilloso. ¿Por qué no?

-Y Loles, ¿en qué momento vital se encuentra?

-Yo me encuentro muy bien. Esto de la vida es un vaivén pero yo estoy en un buen momento. He resurgido, estoy haciendo cosas muy bonitas, he adelgazado mucho, eso me ha hecho sentirme con mucha más energía, me siento más ágil, estoy más contenta, me sienta mejor la ropa y hasta me piropean. Al final es todo como una rueda. Yo estaba en un momento fatal y de repente dije: "Hasta aquí, se acabó". Y es que yo funciono así, lo llevo haciendo toda mi vida.

-¿Qué desemboca en tomar esa decisión?

-Son muchas cosas, como te decía yo en mi vida siempre funciono así, digamos que me tengo que ver en el abismo para decir: "vale, Loles, para". Tengo como un pronto y es cuando me veo mal de verdad cuando decido que hay que cambiar las cosas, y entonces voy a por ello. Es entonces cuando me pongo a dieta, cambio mi alimentación, comienzo a cuidarme y ahí empiezan a suceder cosas buenas. Empecé con un cortometraje luego llega La que se avecina, La reina de España, Oh Cuba? ¡Estoy que no paro! Y todo está muy bien. Digamos que una cosa buena lleva a la otra y estoy en un momento muy dulce.

-¿Se atreve a mojarse con Cataluña?

-No, no, yo de esto no hablo, yo solo hablo de cine, de televisión y de trabajo.

-Sabemos del buen rollo que hay ahora en la serie pero ¿con quién tiene una conexión especial?

-Con mi hija Yoli, con mi Miren Ibarguren. Estamos ahí la una con la otra y nos sentimos muy a gusto la una con la otra y nos escriben unas tramas fantásticas. Si te soy sincera hay muy buen rollo en general con Luis Merlo, con Enrique Pastor, con Eva Isanta con Nathalie Seseña... me llevo muy bien con todos y aunque parezca un tópico eso se transmite. Pero con mi Miren es cierto que hay algo especial.

-Y Loles León, ¿cómo se lleva con sus vecinos, los de la vida cotidiana?

-Pues sabes qué pasa, que no los veo. Yo como vivo de alquiler tampoco tengo que ir ni a una reunión de propietarios ni nada de eso, es un edificio en donde casi todos estamos alquilados, así que no nos conocemos mucho la verdad. Pero hay una relación cordial obviamente, nos saludamos en el ascensor, lo normal

-¿Sería capaz de vivir en una comunidad como Montepinar?

-Absolutamente incapaz.