Ya los dramaturgos griegos sabían moverse a la perfección entre el humor y la tragedia, dos recursos que la directora inglesa Sally Potter ha congeniado en su último filme, The party, presentado ayer en la sección oficial de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci). "En la mayoría de los dramas, la tragedia y la comedia van de la mano", explicó momentos después su directora, quien también relató el proceso de rodaje "frenético" que se vivió en la película, rodada en dos semanas tras únicamente dos días de ensayos.

Una comedia negra donde la tragedia introducida por los personajes solo puede combatirse con altas dosis de humor "cínico y desnudo de artificios".