El batería de Pink Floyd, Nick Mason, y el cantante Billy Bragg participaron este miércoles en un acto ante el Parlamento británico para salvar las salas de conciertos del país, recibiendo el apoyo de Paul McCartney. Alrededor del 35% de los pequeños clubes y salas musicales del país cerraron en la última década, a causa del aburguesamiento de muchos barrios, los altos alquileres, los cambios en la industria musical o la creciente presión de los vecinos. "Cualquier banda o artista que quiera vivir de esto necesita ese escalafón bajo", dijo Mason a la AFP.