En España, los Óscar, presentados por Jimmy Kimmel, podrán verse en Movistar+ con un programa presentado por Gemma Nierga que empezará a las 23.30 horas en #0 y Movistar Estrenos. Después, se dará paso a la señal de la cadena ABC a partir de la 00.30.

No es una edición que pase a la historia de los Óscar. Gane quien gane. Antes de recibir acusaciones de plagio (al margen de su condición de refrito de otras películas), La forma del agua parecía nadar sin oposición para convertir a Guillermo del Toro en el tercer mexicano que conquista a los académicos tras Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu. Con sus trece nominaciones, la fantasía de amor y espionaje conserva parte de sus opciones pero ya no se pronostica un paseo triunfal. Su director sí tiene muchas papeletas por su indudable apuesta por bordar un estilo visual virtuoso y estéticamente atractivo. Sus mayores rivales serán otros dos cineastas de depurado estilo: Christopher Nolan, por Dunkerque y Paul Thomas Anderson, por El hilo invisible. Las nominaciones a los debutantes Jordan Peele, por Déjame salir, y Greta Gerwig, por Lady Bird, tienen más de palmadita para animarlos que de opciones reales de competir con los pesos pesados antes citados.

Tres anuncios en las afueras ha ganado enteros con la pérdida de confianza en La forma del agua, aunque también sufre una campaña hostil de quienes consideran redentora la evolución del personaje de Sam Rockwell, un racista al que le espera un volantazo argumental como mímimo chocante. Interesante pero muy irregular, no pasará a la historia del cine en cualquier caso, aunque se da por seguro el triunfo de Frances McDormand como mejor actriz, con permiso de una sensacional Margot Robbie por Yo, Tonya. No parece que Meryl Streep se vaya a llevar a casa otra estatuilla, y solo una apuesta tajante por el talento emergente daría opciones Saoirse Ronan, por Lady Bird. ¿Será Sally Hawkins, por La forma del agua, la gran tapada?

Gary Oldman sale con ventaja para ser elegido el mejor actor, y de hecho es lo mejor de la vulgar El instante más oscuro, pero deberá estar atento para que no le adelante Daniel Day-Lewis por El hilo invisible, un trabajo tan formidable como todos los suyos, en el que no se limita a imitar a un personaje conocido sino que ofrece una interpretación matizada y muy personal. Además, ha dicho que se retira. No nos lo creemos, pero si es verdad no sería nada injusto que lo hiciera con un nuevo Óscar. Denzel Washington, por Roman J. Israel, Esq, parece condenado a quedarse a las puertas ahora que últimamente solo acepta papeles que le garanticen, como mínimo, una nominación, algo que ya es un premio gordo para Timothée Chalamet, por Call me by your name, y Daniel Kaluuya, por Déjame salir.

Como siempre, la pugna entre actores y actrices de reparto está muy reñida aunque se puede dar una pizca de favoritismo a Allison Janney, genial como madre tóxica en Yo, Tonya, y a Christopher Plummer, por Todo el dinero del mundo. A Kevin Spacey, borrado del montaje final tras las acusaciones de abusos, le olería a cuerno quemado. Pero no hay que descuidar a un gran Willem Dafoe por The Florida Project.