El mejor remedio para acabar con las sombras y los episodios oscuros es encender la luz. Y así, con esa idea en la cabeza, las actrices y muchos actores de Hollywood decidieron llenar de color y brillo su look para la 90 edición de la ceremonia de los premios Óscars que se celebró el pasado domingo.

El blanco fue el gran protagonista de la noche, tanto por ser el más elegido como ser el tono de los mejores estilismos de la gran noche del cine americano. Atrás quedaron los recuerdos de los Globos de Oro, en los que el negro y sus derivados fueron la tendencia más escogida para manifestar el rechazo hacia los casos de abuso en la industria y las desigualdades de género en el cine y en la sociedad en general. Las grandes estrellas demostraron que hacerse notar, resplandecer y pisar fuerte es otra buena forma de reclamar reconocimiento y poder.

Y este fue el caso del Balmain de Jane Fonda. Un vestido con manga larga, silueta tipo sirena y cuello a modo blazer que colocó a la actriz, a sus 80 años, en una de las más elegantes y bellas de la cita. También de blanco, Margot Robbie, nominada a mejor actriz por Yo, Tonya, se coló en la lista de las mejores vestidas con un diseño de Chanel de escote palabra de honor y con tiras de cuentas de cristal. Laura Dern, con un Calvin Klein sin mangas de tirantes asimétricos, también optó por el blanco. Y acertó. Pero no solo las mujeres escogieron este color. Timothée Chalamet, protagonista de Call me by your name, una de las películas más aplaudidas del año, sorprendió con un esmoquin blanco que cosechó muy buenas críticas.

Los brillos y los tonos pastel dominaron entre las más espectaculares de la noche. Emily Blunt, con un impresionante Schiaparelli de plumetti verde mint y manga tipo cuchara; Allisson Williams con un Armani Privee en color nude lleno de pedrerías y tul transparente; Jennifer Lawrence con un Dior de pedrería ajustada en color plata; o Lupita Nyong'o con un diseño de Versace en negro y malla dorada fueron un claro ejemplo

Pero también hubo espacio para el color, con el rojo y todas sus connotaciones como favorito. Entre las favoritas: Sofia Carson, con un Giambattista Valli con capa ajustado a la cintura con un lacito; y Allison Janney con una creación de Reem Acra en rojo sangre y con mangas tipo capa.

El rosa, eléctrico en el caso del Michael Kors de Viola Davis, o en tono pastel en el diseño de Calvin Klein que lució Saoirse Ronan, confirmó que es el color de este año 2018.

Pero no todos fueron aciertos. Y la mayor sorpresa fue Emma Stone. La actriz que siempre está entre las más elegantes de las alfombras rojas no acertó con su conjunto de dos piezas firmado por Louis Vuitton. Tampoco triunfaron Blanca Blanco y Betty Gabriel, que apostataron por escotes en V demasiado pronunciados; ni Paz Vega, con un vestido que mezclaba flores y cuadros, firmado por Christopher Bu; ni el demasiado sencillo vestido de color negro de la tenista española Garbiñe Muguruza, realizado por el diseñador Hannibal Laguna.

La sorpresa de la noche, en cuanto estilismo, la dio sin duda Rita Moreno que, 56 años después, repitió el mismo vestido con el que recogió el Óscar en 1962 por su papel en West Side Story. Para que luego algunos no se crean que todas las modas vuelven.

Y en el backstage, entre los profesionales que se encargan de que todo esté listo y no falte detalle para que la gala salga adelante, hubo moda gallega. Inditex aseguraba en el perfil de Twitter de una de sus firmas, Zara, que la cadena vestiría al personal del backstage en la gala de los Óscars. "Zara se complace en anunciar su colaboración con La Academia para vestir al equipo de backstage en la noche de los Óscars. ¡Esperamos que disfrutéis de la ceremonia", escribió el pasado mingo el grupo textil fundado por Amancio Ortega en las redes sociales.

La cadena textil coruñesa, sin embargo, no dio más detalles sobre qué tipo de prendas vestirían los encargados del backstage. Según la revista Forbes una gala de las características de la entrega de los premios Óscars de la Academia de Hollywood cuenta con 250 trabajadores en la oficina de producción del backstage a los que hay que sumar otros 270 que ejercen diferentes tareas tras el escenario.