Asegura que uno ha de escucharse a sí mismo, aunque esto resulte a veces doloroso. Y este es uno de los hilos con los que se peina La cantante de calva, una obra que denuncia la banalidad de las sociedades modernas y la falta de comunicación, del empleo de palabras vanas y sin sentido por parte de quienes no quieren decir nada ni escuchar nada. El actor Fernando Tejero regresa mañana a Galicia con esta comedia de Eugène Ionesco, obra cumbre del teatro del absurdo. Completan el cartel Adriana Ozores, Carmen Ruiz, Javier Pereira, Helena Lanza y Joaquín Climent, con quien el actor cordobés ya coincidió en Los lunes al sol, película por la que guarda un grato recuerdo de Vigo, ciudad en la que se produjo gran parte del rodaje. "Galicia tiene una paz que pocos sitios tienen", confiesa el intérprete.

- La cantante calva denuncia, entre otras cosas, la falta de comunicación. ¿No nos comunicamos hoy en día?

-Ionesco se refiere a la comunicación de sentir al otro, de mirarse, de escucharse, que creo que es el mayor problema que hay en el mundo. Y se pregunta el porqué de la existencia, hacia dónde vamos... esas preguntas que cuando uno se las hace solo encuentra un vacío porque somos un libro de preguntas sin respuestas. Ionesco la escribe en un momento de gran duda existencial y es entonces cuando compara un método para aprender inglés que tenía con su vida y surge esta obra. En la mayoría de los casos, ni siquiera nos escuchamos a nosotros mismos y somos nosotros quienes nos ponemos muros.

-¿ Usted lo hace? ¿Se escucha a sí mismo?

-Yo procuro escucharme, aunque sea doloroso, que a veces lo es. Y ahora, aprovechando el momento de mi vida en que me encuentro, en el que sé lo que quiero y cómo lo quiero, voy a intentar que se realice tal cual. Es muy necesario escucharse a uno mismo y también al otro porque a veces escuchando al otro también se reconoce uno a sí mismo. De todo esto habla La cantante calva, de la que ya hemos pasado de las 101 funciones y que aún nos sigue sorprendiendo porque da mucho para indagar.

-Está teniendo, además, un gran éxito de crítica y de público.

-A mí lo que realmente me despierta la pasión por la interpretación es el teatro. Yo devoraba libros de teatro como no devoraba películas, y si quería ser actor era por subirme a un escenario. Por eso, llenar con una función me hace muchísima ilusión.

-¿La televisión es otra cosa?

-A mí la tele y el cine me llegan por el teatro, y estoy encantando porque en la tele me lo paso bien y encima gano dinero para producir teatro. Y he hecho 25 películas. De momento, siento que lo que me llega ya lo he hecho en cine y hasta que no me llegue una cosa que me conmueva no volveré a hacer cine. Pero en el teatro para mí se produce una magia, hay un salto al vacío sin red en cuanto se levanta el telón y una comunicación directa con el público que, evidentemente, no lo tiene ni la televisión ni el cine. El teatro es el aquí, el ahora, aunque yo soy actor en cualquier ámbito.

-Acaba de incorporarse al rodaje de El Continental , serie de época de Televisión Española. ¿Seguiremos viéndole por Montepinar?

-En El Continental tengo un papel que entra y sale porque ya tenía firmado hasta el final de la temporada de La que se avecina, donde llevo cuatro temporadas y donde me encuentro muy a gusto. Pero no sé qué pasará la temporada próxima. Lo único que sé es lo que tengo ahora y que nunca dejaré de hacer teatro. Esto último se lo puedo garantizar.