Las reivindicaciones en Cannes para que haya más mujeres detrás de la cámara podrían contribuir a poner fin a los estereotipos femeninos en el séptimo arte o, al contrario, llevar el cine de mujeres hacia un encasillamiento. Jessica Chastain, al comentar su experiencia como miembro del jurado del Festival el año pasado, se dijo "sorprendida por la representación de los personajes femeninos" en las películas seleccionadas. "Espero que si se incluyen más mujeres en la escritura (de guiones), tengamos a más mujeres como las que yo veo en la vida cotidiana", comentó la actriz estadounidense.

Una posición compartida por la francesa Eva Husson, una de las tres directoras (frente a 18 realizadores) en liza por la Palma de Oro este año, junto a la italiana Alice Rohrwacher y la libanesa Nadine Labaki, que presenta el jueves su filme Capharnaüm. "Es muy importante que el mundo se represente como es. Si seguimos en la división hombre/mujer, estamos a 52% de la población por apenas 30% de personajes femeninos", destaca Husson, directora de Las hijas del sol.

Más directoras suponen más personajes femeninos, y más matices, afirman los defensores de una mayor presencia femenina en el cine. Nadie aboga sin embargo por imponer cupos en la selección artística. Pero, por otra parte, muchas mujeres temen ser encasilladas. La neozelandesa Jane Campion, única mujer en haber conseguido una Palma de Oro (en 1993 por El piano), rechaza la etiqueta "cine de mujer".