Entre esculturas y cerámicas de Miró, Louis Vuitton apostó esta semana por la excentricidad, en un desfile en el sureste de Francia seguido con atención por estrellas como Jennifer Connelly y Emma Stone. Después de haberse inspirado en Japón el año pasado, el director artístico Nicolas Ghesquière lanzó esta nueva colección crucero -entre dos Semanas de la Moda- en los jardines de la Fundación Maeght, situada en la pintoresca aldea de Saint-Paul de Vence.

Fundada en 1964 por los comerciantes de arte Aimé y Marguerite Maeght, la fundación alberga una importante colección de pinturas, esculturas y obras gráficas del siglo XX (Balthus, Bonnard, Braque, Calder, Chagall, Giacometti, Léger...). "Quería rendir homenaje a este lugar que tanto me gusta y a la historia de los Maeght", declaró Ghesquière, al frente de la dirección artística de Louis Vuitton desde 2013. "Para mí, representa la génesis de las fundaciones de arte, es una historia de amor entre una familia, artistas y la arquitectura", explicó el diseñador, comparando este centro con la Fundación Louis Vuitton, inaugurada en 2014 en París para albergar exposiciones de arte.

El francés Ghesquière se inspiró igualmente en la británica Grace Coddington, figura del mundo de la moda de célebre cabellera pelirroja, de quien quiso celebrar su "excentricidad". La colección de 59 siluetas mezcla géneros -con chalecos y chaquetas príncipe de Gales- y asocia sin complejos motivos florales, topos y rayas. Las mangas son largas y los hombros definidos.